Sabías que… hay personas que jamás se atreven hacer un cambio

Atreverse implica perder el equilibrio. Para ello hay que tener el valor y la decisión de salir a buscarlo, aun sabiendo de antemano que detrás hay una buena dosis de riesgo, temor e inseguridad.

De no hacerlo, atraemos el peligro de perdernos al no encontrar algo nuevo que estimule nuestra vida. El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son, a modificar nuestra mirada de esa manera.
Todo lo que queremos conseguir está fuera, lo que ya llevamos dentro nos pertenece. Tenemos que lanzarnos, solo así no nos perderemos lo bueno de la vida. Todo el mundo puede hacerlo, pero no todo el mundo tiene el valor de intentarlo.
El miedo, si dejas que tome el control, no hay duda en convierte en su esclavo. Además, lo hace de una manera tan sigilosa que, cuando te quieres dar cuenta, ya eres prisionero.
Todos nosotros, al menos una vez, nos hemos encontrado en la encrucijada de tener que decidir si nos lanzamos, arriesgándolo todo, o sentarnos a ver el paso de los triunfadores.
Hemos sentido ese temor, pero al mismo tiempo esa ilusión de ponernos manos a la obra y conseguirlo, de vencer las dificultades y disfrutar del proceso.
La vida es una atrevida aventura. La seguridad es principalmente una superstición, no existe en la naturaleza. La motivación o la falta de esta, nos deja entrever las causas que desencadenan nuestro comportamiento, e intenta dar respuestas al porque de nuestras acciones.
Así, aunque atreverse sea perder momentáneamente el equilibrio, es en muchos casos un precio necesario a pagar para que el nuevo equilibrio que alcancemos sea todavía más sólido.
Si le tienes miedo a la vida acude a terapia psicológica para que puedas ver tus fortalezas y atreverte hacer cosas nuevas.
Psic. Jesús Albavera Álvarez