Las personas optimistas suelen afrontar de manera más efectiva los problemas con los que se encuentran
Piensan que, a pesar de los obstáculos que existen, pueden alcanzar lo que se proponen, tardan más en rendirse ante las dificultades y su estilo de afrontar suele ser más proactivo, además de centrarse en mayor medida en lo que pueden ganar, que en lo que pueden perder.
El optimismo alude a una tendencia: la de esperar resultados favorables y positivos. Es un aspecto que está íntimamente ligado al bienestar psicológico y físico de las personas. No obstante, existen dos tipos de optimismo:
Disposicional: al que solemos referirnos comúnmente. Es la expectativa positiva, constante y generalizada de obtener buenos resultados. Como tal, se considera relativamente estable.
Situacional: es una expectativa concreta de obtener un resultado positivo en un contexto específico. Surge ante una circunstancia particular, un evento concreto y estresante.
Los optimistas utilizan en mayor medida estrategias dirigidas a la solución directa de los problemas, sobre todo cuando sienten que tienen control sobre la situación.
Esto es, cuando creen que pueden hacer algo para cambiar la situación problemática. Por ello, actúan y luego evalúan.
Sin embargo, los pesimistas evalúan y luego, si las expectativas les convencen, actúan.
Lo que hemos visto es que, en muchos casos al menos, cierto grado de optimismo ayuda para nuestro estado de ánimo y para nuestra salud.
Psic. Jesús Albavera Álvarez