Triple hélice: Fortaleza de los clústers

Frente al panorama que se avecina para México en 2012, Monterrey se perfila como una de las ciudades con mayor potencial de crecimiento económico, gracias a la fortaleza empresarial que se ha desarrollado con los clústers instalados en la ciudad. Aunque el concepto de clúster fue acuñado desde 1998 y empleado con éxito por muchas empresas, a la fecha son pocas las entidades que han aprovechado la participación universidad-empresa-gobierno. Existen actualmente 10 clústers que se han consolidado con el apoyo de la Secretaría de Desarrollo Económico del estado.
Un clúster es una concentración geográfica de compañías interconectadas, proveedores especializados, empresas e industrias relacionadas e instituciones asociadas en campos particulares que compiten, pero también cooperan. En cada clúster se conjuntan empresarios de una misma rama o relacionados con el sector con el propósito de intercambiar experiencias y fortalecer vínculos estratégicos de modo que se profesionalicen aún más sus respectivos servicios. De esta manera, en Monterrey están los clústers automotriz, de vivienda, electrodomésticos, servicios médicos, de nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información, agro alimentos, aeroespacial y de medios creativos y nuevos medios.
Entre los factores que motivaron el desarrollo e implementación de los clústers en la entidad fue la necesidad de tener empresas cada vez más profesionales y con personal más capacitado. Para ello, fue necesaria la participación del gobierno con su apoyo, de las empresas con su experiencia y de los académicos con sus ideas, en lo que se denomina la teoría de la ‘triple hélice’, donde cada círculo aporta sus conocimientos para el desarrollo de un sector.
Una vez conformados, uno de los objetivos de los clúster es el desarrollo de la proveeduría, a fin de permitir la reducción de costos. De esta forma, una empresa podría fabricar los materiales necesarios para otra, como en el sector automotriz en donde colaboran fabricantes de autopartes, motores, vidrio, tapicería y electrónica, entre otras. Entre los integrantes del consejo del clúster pueden compartir sus necesidades y experiencias y con ello homogeneizar tanto el perfil de su personal como las características de sus productos en respuesta a las necesidades globales.
En ese sentido, el círculo académico tiene una participación muy relevante, toda vez que a partir de sus investigaciones puede aportar nuevos proyectos para el desarrollo de las empresas, además de que participa con la capacitación necesaria del nuevo personal. Así pues, gracias a esta colaboración empresa-academia, se crean nuevas fuentes de trabajo al convertir a un obrero o un empleado en un técnico capacitado que responda a las necesidades planteadas para el clúster. Desde luego, el gobierno también tiene una importante participación, al ser el responsable de crear las sinergias necesarias e impulsar el desarrollo de industrias estratégicas. Gracias a estos factores, hoy en día Monterrey cuenta con una agrupación de clústers muy bien definida y con un prometedor potencial de desarrollo para los próximos años.