Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China, únicos miembros permanentes con posibilidad de voto y veto en la Siria: Reflejo de la obsolescencia de Organismos Internacionales ONU.
Siria: Reflejo de la obsolescencia de Organismos Internacionales. Terminando la segunda guerra mundial, el mundo sufrió un parte-aguas medular en su devenir histórico. Nacía la bipolaridad confrontada entre el capitalismo y el socialismo, dando paso a la bien conocida “guerra fría”, que duró por más de cuatro décadas.
Este suceso histórico, influyó directamente en la era moderna de las relaciones internacionales, pues la estructura del sistema internacional comenzó a moldearse con base en las preferencias e intereses de las grandes potencias que se disputaban el liderazgo político e ideológico global; Rusia y Estados Unidos. Principalmente éste último, que se dio a la tarea de asegurar el apoyo y la alianza estratégica con economías clave, que detentarán la supremacía del modelo económico capitalista, sobre el socialista.
Así, bajo el liderazgo de la hegemonía norteamericana, se dio pie a la fundación de los principales organismos internacionales, que hoy rigen al sistema mundial. Tal fue el caso del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial; que nacieron en 1945, en la misma conferencia de Bretton Woods que dio paso a la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
ONU-Habitat asegura que Tren Maya contribuirá a la creación de empleos mejorando la calidad de vida
En el caso del FMI, Estados Unidos tenía la visión de poner orden en las finanzas internacionales -bastante turbulentas desde las guerras mundiales y la depresión de 1929-, regulando y manteniendo la estabilidad macroeconómica global, por medio de una especie de fondo de ahorro internacional, en el que los países miembros tuvieran acceso a préstamos y créditos financieros para sanear sus economías. Esto evitaría grandes colapsos y recuperaciones tardías que afectaran el flujo económico global.
Siria: Reflejo de la obsolescencia de Organismos Internacionales. En el caso del Banco Mundial, la propuesta se centró en contar con un banco internacional para la erradicación de la pobreza de las economías más vulnerables, por medio del otorgamiento de préstamos dirigidos a proyectos para el impulso del desarrollo sustentable (alfabetización, desastres naturales, empoderamiento de la mujer, etc.).
Lamentablemente, en ambas instituciones se ha dado la práctica de que, para poder ser sujeto de crédito, es necesario para las naciones, cumplir incondicionalmente con los condicionamientos institucionales; a pesar de que muchas veces dichos condicionamientos –en su mayoría de tendencia neoliberal-, no sean lo más conveniente para la salud económica de las naciones. Asimismo, el poder de voto para la toma de decisiones sobre a quién otorgar los créditos o préstamos, se define por el tamaño de las economías miembro y su correspondiente aportación económica a los organismos.
Así, podemos ver que Estados Unidos, al ser la economía más grande del mundo, y por ende, la que más aporta al FMI y al BM, cuenta con una abrumadora mayoría de votos proporcionales (17%), con respecto de todas las demás naciones miembro (186 en total). Este esquema es el que rige desde la fundación de los organismos, hasta nuestros días.
La creación de la ONU, por obvias razones, se centraba en mantener la paz internacional. Nadie quería volver a sufrir una guerra mundial.
La devastación fue inmensa y la recuperación muy costosa para muchas naciones. En este sentido, necesitábamos de un organismo que garantizara la tolerancia y la armonía, por medio del diálogo y la negociación, y no por la guerra. La fundación estructural se basó en la premisa de que las naciones más afectadas por las guerras, y que además habían tenido gran injerencia en la solución del conflicto, merecían un escaño permanente garantes de la seguridad internacional dentro de la ONU.
Siria: Reflejo de la obsolescencia de Organismos Internacionales. Así, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China, fueron declarados los únicos cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con posibilidad de veto. Esto significa que si se pone a la mesa a discusión cómo atender algún caso crítico que ponga en peligro la seguridad internacional, cada una de estas cinco naciones tiene la última palabra.
Con que uno solo de estos miembros plenos, vote en contra de alguna propuesta que haya sido acordada unánimemente en la Asamblea General, por todos los miembros de la ONU (193), la resolución no pasa. Se descarta.
Siria. En el caso lamentable de Siria, se refleja claramente la incapacidad de la ONU para hacer valer sus estatutos más básicos de paz y seguridad internacional. La guerra civil que ahora vive este país de medio oriente, es un conflicto por demás complejo que data desde principios del 2011.
Aunque inició por cuestiones locales, se ha convertido en una problemática regional que involucra a Irán, Arabia Saudita, Turquía, y ahora Estados Unidos, que apoyan a los rebeldes en contra del gobierno. Por el otro lado está Rusia, con amplios intereses en Siria y que por ende, apoya política y militarmente al gobierno sirio. A esto se suma la emergencia del Estado Islámico (EI).
Grupo terrorista insurgente que ha logrado ocupar gran parte del territorio de Irak y Siria, reclamando la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo. El ataque directo del EI contra Siria, se contextualiza por el choque ideológico entre una Siria de origen chiita-alawita, y un EI de origen yihadista-suni y por una guerra civil en Siria que ha servido al EI para fortalecerse consiguiendo armas y financiamiento. (Shubich; 2015)[1]
A pesar del genocidio, de las torturas probadas a civiles en Siria y del peligro que representa el EI para la seguridad internacional, la ONU no ha sido capaz de intervenir en el conflicto. Una Rusia pro-gobierno sirio y un Estados Unidos en contra, siendo dos miembros plenos con poder de veto en la ONU, paralizan por completo las resoluciones, mientras la gente muere día a día y la migración de los civiles se vuelve una crisis global.
Durante años infinidad de países, organismos y la comunidad internacional en general, han demandado una reforma estructural para la ONU, donde se elimine el poder de veto o donde se incluyan otras naciones como miembros plenos, que den un mayor balance y equilibrio al organismo, como India o Brasil. Lamentablemente, para que pasen esas reformas, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, deben votar a favor.
[1] Yohanna Shubich, 2015. Ponencia Alianzas y Coaliciones de las Potencias Regionales de Medio Oriente, en el XXIX Congreso de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales, Octubre 16, Cancún, Q. Roo, México.
¿Qué sucedió luego de la Primavera Árabe?
