La plataforma Storytel arriba a México, lo cual permite tener acceso a su catálogo internacional de audiolibros, como s fuera un Netflix literario
La conectividad y el streaming representan la combinación necesaria para revivir a un viejo conocido: el audilibro.
El mercado de los libros por voz tuvo un intempestivo primer momento con la evolución del disco compacto y el formato MP3, sin embargo, su crecimiento presionó el botón de pausa hasta estos días, en los que mercados editorialessumamente maduros, como el estadounidense, ya hablan de una división que despunta más que cualquier otra en el sector, y con ventas anuales que alcanzan los 2.5 mil millones de dólares.
Con ese contexto tan optimista se presentó en México la plataforma sueca Storytel, una especie de Netflix del audiolibro que se adelanta la oferta del producto.
“Hace cuatro años empezamos una expansión global muy intensa. Actualmente, estamos en 15 mercados, incluyendo Rusia, India, Italia y los países nórdicos, entre otros”, señala José Alberto Parra, country manager de la firma creada en Estocolmo.
La propuesta llegó al mercado en español por primera vez hace año y medio, cuando se ofreció en España como una nueva alternativa en un país que ve crecer rápidamente el gusto por la lectura en digital y que mantiene buenos índices de lectura per cápita (entre 11 y 13 libros leídos por año).
En México, la perspectiva es muy distinta. Mientras Storytel presume buena salud en los países con mejores índices de lectura (las sociedades nórdicas, como la que vio el origen de la plataforma, cuentan con los números más altos de lectores per cápita), México mantiene una relación distante, por decir lo menos, con el mundo literario.
“Reconocemos el estado del mercado en México, pero no nos vemos dentro de la industria editorial. Nosotros nos consideramos parte de la industria del entretenimiento. Efectivamente, en México hay un índice de lectura bajo, y justo esto se convierte en un elemento que nos ayuda”, asegura Parra.
Las razones que han convencido a Storytel de entrar al mercado mexicano son tres, de acuerdo con el directivo: la alta participación de México en las plataformas streaming; la tradición oral que persiste en el país y que es parte cultural del mismo, y los tiempos de traslado de las grandes ciudades, que han fortalecido el hábito de escuchar radio, por ejemplo.
“Esta combinación lo que hace es mantener al público lejos de la lectura, y nosotros no estamos persiguiendo que cambien los formatos que ya utilizan”, dice Parra.
La plataforma llega al país con un costo para el consumidor de 149 pesos mensuales. Esta suscripción cubre un acceso ilimitado a 200 mil títulos que conforman el catálogo total de Storytel y que incluye audiolilbros, e-books y podcast.
Asimismo, la propuesta se presenta como un generador de contenido en formato de audio.
“Estamos apostando por series originales pensadas en el formato de audio. Son historias que se dividen en 10 episodios con un guion pensado para que la gente disfrute de una ficción mientras va en el tráfico”, apunta Parra.
Desde su llegada al país, los suscriptores han dejado claro su comportamiento de uso de la plataforma y los títulos que más los convencen.
“La gente utiliza más la plataforma entre semana, en la mañana y por la tarde, por lo cual inferimos que están aprovechando las horas de tráfico para escuchar sus audiolibros”, abunda el vocero.
En cuanto a lo más escuchado, los usuarios prefieren audiolibros de no ficción y temas relacionados con negocios, lo cual, para el directivo, significa que a la plataforma están llegando más personas que tienen poca relación con la lectura.
“Esta información nos dice que es gente que quizá no pasó por los libros y está llegando directamente a los audiolibros. Entre los más leídos se encuentran Sapiens (ensayo de Yuval Harari), Mi Historia (autobiografía de Michelle Obama), así como lanzamientos locales, como Juntos Hicimos Historia (de Tatiana Clouthier)”, enlistó Parra.
La nueva era del streaming no sólo permite al usuario elegir con libre albedrío su contenido, sino también recibirlo en el momento preciso y bajo el formato que mejor le convenga.
Y en una ciudad como la capital mexicana, en donde el trabajador promedio pierde 5 horas y media en el tráfico todos los días (de acuerdo con ONU Hábitat), el audiolibro promete encontrar su propia resurrección.
Con información de Alto Nivel.
