La selva amazónica es el mayor bosque tropical del mundo, un bastión contra el cambio climático que frecuentemente es llamado “los pulmones de la Tierra” debido a las enormes cantidades de dióxido de carbono que absorbe y convierte en oxígeno.
BRASILIA (Reuters) – La deforestación de la selva en Brasil ha crecido cerca de un 67% en los primeros siete meses del año, según datos preliminares de la agencia de investigación espacial local, a la que el Gobierno ha criticado por inducir a error y dañar los intereses nacionales.
El sistema de observación del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por su sigla en portugués) registró la destrucción de 4.699 kilómetros cuadrados (1.814 millas cuadradas) este año, frente a los 2.810 kilómetros cuadrados del período previo, mostraron datos en el sitio de la agencia en internet.
Sólo en julio se perdieron unos 2.255 kilómetros cuadrados de selva amazónica, más que el triple de los 597 kilómetros cuadrados registrados en julio de 2018, según INPE. Esa es la mayor cifra mensual registrada por la agencia en años, casi equivalente al tamaño de Luxemburgo.
La selva amazónica es el mayor bosque tropical del mundo, un bastión contra el cambio climático que frecuentemente es llamado “los pulmones de la Tierra” debido a las enormes cantidades de dióxido de carbono que absorbe y convierte en oxígeno.
En Brasil se encuentra cerca de un 60% de la selva.
Ecologistas e investigadores sostienen que la retórica del presidente Jair Bolsonaro a favor del desarrollo económico en la selva amazónica desde que asumió el poder en enero ha animado a taladores, ganaderos y mineros informales.
Bolsonaro ha criticado categóricamente los datos del INPE y despidió al jefe de la agencia el viernes por lo que llamó “mentiras” que dañan las negociaciones comerciales del país.
“Una noticia como esa que no se condice con la verdad causa un estrago muy grande a la imagen de Brasil”, dijo Bolsonaro en una conferencia de prensa la semana pasada.
La agencia de investigación espacial del país, científicos independientes y ecologistas, sin embargo, han defendido la precisión de los datos. El director despedido del INPE Ricardo Galvão dijo el sábado a Reuters que sigue defendiendo las cifras, que muestran un “innegable” aumento de la deforestación.