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La pandemia podría cambiar la forma de enseñar a nuestros hijos

Pandemia

La pandemia ha impulsado la adopción de la tecnología educativa, pero el impacto de la EdTech en los resultados del aprendizaje ha sido desigual

La tecnología educativa, o EdTech, ha ofrecido una prometedora oportunidad para atender algunas de las preguntas más desafiantes de las políticas en los sistemas educativos de países de ingresos bajos y medios. Sin embargo, tras décadas de promesas sobre su poder disruptivo y revolucionario en la educación, el impacto de EdTech en los resultados del aprendizaje ha sido desigual.

Brindar apoyo basado en la tecnología para mejorar la instrucción de los maestros y facilitar el aprendizaje de los estudiantes se ha vuelto urgente, si consideramos el cierre y la reapertura de escuelas debido a la pandemia de COVID-19. Uno de los pocos aspectos positivos de la pandemia, es que ha trasformado el campo, cambiando el enfoque desde la promesa disruptiva a un mayor énfasis en la mitigación e inclusión con un potencial reductor de desigualdad.

Las evidencias de que las intervenciones EdTech funcionan para mejorar los resultados del aprendizaje en estudiantes de contextos de ingresos bajos y medios es limitada. En un análisis sistemático realizado recientemente (por Rodríguez-Segura, 2020) basado en estudios confiables se determinó que la tecnología como intervención única no funciona para mejorar las prácticas de enseñanza o el aprendizaje de los estudiantes.

De todas las intervenciones EdTech incluidas en el análisis sistemático, aquellas centradas en el aprendizaje autónomo fueron las que más se destacaron por mejorar los resultados del aprendizaje en los estudiantes.

Facilitar el aprendizaje autónomo a través de un sistema de aprendizaje adaptativo

El aprendizaje autónomo, o la capacidad de los estudiantes de hacerse responsables de su aprendizaje, a su propio ritmo o nivel, puede ser un factor de cambio durante (y después de) la pandemia. El aprendizaje autónomo puede desarrollarse sin tecnología pero con el apoyo intensivo de los profesores.

Sin embargo, Rodríguez-Segura explica que las intervenciones de EdTech pueden permitir que los estudiantes aprendan a un ritmo adecuado con un mínimo de apoyo externo, lo que resulta particularmente atractivo. Un ejemplo son los sistemas de aprendizaje adaptativo que responden a interacciones en tiempo real proporcionando automáticamente un apoyo individualizado a los estudiantes.

Un desafío común al que se enfrentan los maestros es el de adaptar su instrucción a las necesidades de aprendizaje de cada estudiante. Los maestros pueden abordar este reto diferenciando la instrucción y dividiendo el aula en grupos más pequeños según los niveles de aprendizaje de los estudiantes.

Los sistemas adaptativos pueden automatizar este proceso modificando el tipo de material educativo en respuesta al rendimiento de los estudiantes. Los sistemas “aprenden” del progreso del estudiante y ajustan la trayectoria del aprendizaje.

La pandemia podría cambiar la forma de enseñar a nuestros hijos

Esta metodología está estrechamente relacionada con una rigurosa investigación evaluativa que ha demostrado que orientar la instrucción de la enseñanza por nivel de aprendizaje, y no por grado, puede ofrecer logros significativos en el aprendizaje.

Cinco condiciones habilitantes para establecer un sistema de aprendizaje adaptativo

La función principal de los sistemas adaptativos es brindar una educación de recuperación y ayudar a los estudiantes a mejorar sus saberes curriculares. Pueden complementar la instrucción cuando las escuelas están abiertas pero los estudiantes también pueden utilizarlos de forma independiente cuando las escuelas están cerradas.

Por ejemplo, en el Ecuador, los sistemas adaptativos han ayudado a prevenir la deserción escolar durante el cierre de escuelas. Sin embargo, los sistemas adaptativos no son una “bala mágica”. Para que funcionen deben atenderse varias condiciones habilitantes.

La mayoría de los sistemas adaptativos están patentados y su uso implica altos costos tanto para su desarrollo como para su adaptación. Los sistemas adaptativos sólo se han desarrollado para algunas asignaturas (por ejemplo, matemáticas o comprensión lectora en etapas tempranas).

Al considerar un sistema adaptativo, los responsables de políticas tienen dos opciones: i) adaptar un sistema preexistente y patentado para su contexto o ii) desarrollar un sistema desde cero.

Ambas tienen sus inconvenientes, la primera implica la adaptación y traducción de un software que probablemente sólo esté disponible en inglés o español y que fue preparado para un programa de estudios extranjero; los responsables de políticas también deberán contemplar el pago por derechos de licencia para que los usuarios accedan a la plataforma, lo que puede implicar gastos permanentes.

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Ambas opciones incluyen una cantidad significativa de costos asociados, entre los que se desglosan las traducciones, el mantenimiento de servidores, la capacitación, las actualizaciones del software y un servicio de asistencia técnica, entre otros. Independientemente de que un gobierno adapte o desarrolle un sistema desde cero, los sistemas adaptativos deben estar alineados al plan de estudios.

Si un gobierno decide adaptar un sistema patentado preexistente, puede enfrentar problemas al momento de modificar sus contenidos para que se ajusten a su plan de estudios. En cambio, si desarrollan un sistema desde cero, pueden subcontratar el mapeo curricular o incorporar este paso en el proceso de implementación.

Independientemente de ello, es esencial que los responsables de políticas involucren a los docentes en este proceso, lo que ha demostrado mejorar la aceptación y el compromiso de los docentes durante la implementación.

Los sistemas adaptativos requieren una infraestructura digital apropiada para garantizar su adopción generalizada. Aunque hay pruebas que indican que el impacto del aprendizaje adaptativo puede ser más significativo para los estudiantes de condición socioeconómica más adversa, contribuyendo a reducir sus pérdidas de aprendizaje, suele ocurrir que los estudiantes que están en mayor situación de riesgo tengan más dificultades para acceder a soluciones que solo están disponibles en línea.

Por ello, es imperativo que profesores y estudiantes puedan acceder a estos sistema, tanto mediante un dispositivo con el contenido apropiado como contando con acceso para conectarse a ese contenido.

Aunque el precio de las tabletas y los teléfonos inteligentes ha disminuido considerablemente y los países de ingresos bajos y medios han invertido en el acceso a datos, los sistemas adaptativos requieren dispositivos que puedan acceder a conectividad permanente, lo que podría acarrear elevados costos iniciales (y otros costos asociados como apoyo técnico, mantenimiento y monitoreo, entre otros).

Para que los sistemas adaptativos puedan desplegarse eficazmente debe incluirse la capacitación de los maestros. La disposición de los maestros a adoptar nuevas prácticas y a aceptar estos sistemas juega un papel clave para la eficacia de estos programas.

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Los sistemas adaptativos no tienen por objeto sustituir a los maestros, sino más bien potenciar su función (véase “Reimagining Human Connections”). Es importante que los maestros reciban formación sobre lo que se espera de ellos, ya que si no comprenden el cambio en su función, los responsables de políticas corren el riesgo de marginarlos.

Específicamente, los maestros deben estar adecuadamente capacitados para:

i) utilizar la plataforma para transitar del papel de instructor al de tutor,

ii) acceder y utilizar la plataforma y las tecnologías asociadas,

iii) utilizar la tecnología para desarrollar los conocimientos de los estudiantes,

iv) utilizar los resultados de la participación de los estudiantes en la plataforma para brindarles apoyo automatizado e individualizado,

v) utilizar los datos de la plataforma para planificar futuras lecciones y diferenciar la instrucción en función de las necesidades de los estudiantes.

Esta capacitación debería ir acompañada de un plan de participación, en el que los profesores puedan compartir buenas prácticas y promover los beneficios de la plataforma a través de diferentes canales y contextos.

Como mínimo, estos sistemas requieren:

i) una calibración adecuada del plan de estudios,

ii) una evaluación inicial,

iii) una personalización del proceso de instrucción,

y iv) un monitoreo permanente. Sin embargo, para que funcionen, estos sistemas también requieren una redefinición del papel y la dinámica entre estudiantes y profesores. Incluso en el mejor de los casos, la puesta en marcha de estos cambios requiere un tiempo considerable.

La pandemia de COVID-19 nos ha demostrado que ya no podemos confiar en las formas tradicionales de escolarización. Es cada vez más probable que en el futuro del aprendizaje, la tecnología pueda diversificar los medios para apoyar a los estudiantes. Como se ha demostrado, los sistemas adaptativos podrían ser una oportunidad para apoyar el aprendizaje autónomo, así como otras formas de aprendizaje (haciéndolos más accesibles, de alto impacto y atractivas).

Sin embargo, dada la complejidad que implica adoptar y desplegar los sistemas de aprendizaje adaptativos, los sistemas educativos deben abordar estas cinco condiciones habilitantes básicas. Sin esas condiciones, los sistemas adaptativos no sólo no brindarán resultados satisfactorios, sino que pueden convertirse en una costosa lección para los países de ingresos bajos y medios.

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Revista Gente

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