Durante las últimas dos décadas, la industria alemana prefirió invertir en China. Ahora que China irrumpe con ímpetu en América Latina, Berlín reconoce su rezago. ¿Cómo y en qué campos podrá Alemania recuperar terreno?
“América Latina y el Caribe ofrecen hoy algunas de las mejores oportunidades del mundo para las empresas alemanas. Los mercados de toda la región ansían productos, servicios, inversiones y know-how alemanes, pero Alemania y sus empresarios no aprovechan aún el potencial económico y comercial que tiene la región”, dice el estudio “CEO agenda for Germany’s economic cooperation with Latin America and the Caribbean”, realizado por McKinsey.
“Esto debe y puede cambiar”, dice a DW Simon Kaesler, coautor de dicho estudio, y asesor de McKinsey en Fráncfort del Meno para empresas alemanas y europeas, quien recuerda que la marca “Made en Germany” sigue gozando de gran reputación en América Latina.
Alemania, un nombre con reputación
Una muestra de ello es que muchos latinoamericanos utilizan el nombre de “Alemania” o “alemán” para sugerir buena calidad. Así es como en las calles de cualquier urbe latinoamericana se ve un sinnúmero de negocios como farmacias y hasta panaderías “alemanas”, sin que sus productos tengan nada que ver con Alemania.
¿Por qué, si la marca “Alemania” vende, los alemanes mismos no han aprovechado esta ventaja? “No siempre fue así”, recuerda Kaesler, asesor financiero de empresas que invierten en América Latina, al tiempo que reconoce que “mientras China y Estados Unidos están aprovechado la coyuntura, Alemania tiene el 2,6% de sus inversiones directas en América Latina”, o solo una cuarta parte del promedio de la OCDE, la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económicos.
“España, Italia y Holanda tienen incluso una mayor presencia en América Latina que Alemania”, resalta Kaesler. Esto, a pesar de que “las empresas alemanas están bien preparadas para prosperar allí”, apunta el estudio.
La inestabilidad política sigue asustando
Alemania no solo invierte muy poco en América Latina, sino que “exporta solo entre el 2 y 3% de sus productos a la región y su crecimiento es menor, en comparación con el resto del mundo”, agrega el experto financiero.
La gran atracción de los mercados asiáticos y la volatilidad de algunos mercados latinoamericanos, debido a inseguridades políticas, ahuyentaron a muchas empresas que esperan estabilidad política y seguridad jurídica. “Factores que han mejorado mucho en América Latina”, a juicio del experto de McKinsey.
“La iniciativa promovida por el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, es importante porque ha identificado que las empresas alemanas poseen capacidades que aportarían mucho al desarrollo de las industrias en América Latina”, recalca Simon Kaesler, coautor del estudio encargado por el Comité Latinoamericano de Empresas Alemanas (LADW).
La clave está en desarrollo de tecnologías
En su análisis, Kaesler resalta que en los últimos años “América Latina le debe el 80% de su crecimiento económico al aumento de su población y solo el 20% al desarrollo de su productividad”. En Asia, las relaciones son exactamente a la inversa.
Ante esta situación, la clave del desarrollo económico de América Latina está en el aumento de su productividad, un fuerte en el que Alemania destaca en el mundo. “Es más, aumentar la productividad es ya en América Latina una necesidad que urge, debido a la caída de los índices de natalidad en muchos países”, es la conclusión de los expertos de Fráncfort del Meno.
“Si América Latina y el Caribe quieren mejorar su nivel de bienestar, tienen que aumentar su productividad, desarrollar tecnologías, mejorar la logística del trabajo, introducir más automatización, implementar una verdadera digitalización”, advierte el experto de McKinsey, y agrega que justo en estos campos es donde “Alemania y América Latina pueden trabajar juntas”.