Bayer: el gigante de la química y la sombra de Monsanto

Un nuevo fallo de un tribunal estadounidense en los casos de cáncer atribuidos al glifosato representa un grave revés para el grupo Bayer.

El veredicto de los accionistas y analistas es más que contundente: ¡Saquen las acciones de Bayer de sus carteras! El valor de las acciones de la casa matriz de Monsanto cayó vertiginosamente, en más de un doce por ciento, lo que equivale a alrededor de ocho mil millones de euros. Los propietarios de acciones del gigante farmacéutico y agroquímico ya deberían estar acostumbrados a este tipo de calamidades. Desde la adquisición de la empresa estadounidense de semillas Monsanto, conocida por el herbicida glifosato y una mala imagen, los inversionistas ya no disfrutan de sus benificios: las acciones de Bayer han pasado de valer 100 euros el verano pasado, a 60 euros en la actualidad.
Confianza perdida
Parece que cada vez más gente deja de creer que la adquisición de Monsanto fue algo sensato. Por la suma récord de 63.000 millones de dólares, Bayer absorbió el año pasado al niño terrible de la industria. Para el jefe de Bayer, Werner Baumann, eso fue algo así como la coronación de su vida laboral. Pero ahora, solo se trata de limitar los daños. Baumann ya anunció la reducción de varios miles de puestos de trabajo. En Leverkusen, sede de Bayer en Alemania, aparentemente subestimaron los riesgos legales asociados con numerosas demandas por glifosato contra Monsanto en Estados Unidos. Monsanto ya había perdido un primer juicio el pasado mes de agosto, aunque el tribunal rebajó posteriormente la multa.

Cada vez queda más claro: la compra de Monsanto fue un error, opina Henrik Böhme.

Henrik Boehme, periodista de economía de DW

Ahora que Bayer ha integrado completamente a Monsanto y también tiene una visión completa de los documentos, el veredicto reciente golpea a los inventores de las aspirinas como un trueno. Como medida de precaución, ya han reservado 660 millones de euros para posibles multas, pero es muy dudoso que esto sea suficiente en vista de la actual ola de fallos judiciales. La sentencia que se ha dictado (el importe de la multa aún no se ha determinado) indica la tendencia para otros 760 casos pendientes. Y eso sería sólo el principio: Bayer se enfrenta a un total de más de 11.000 demandantes. El próximo veredicto se espera para finales de marzo.
La directiva en Bayer estaba segura que tenía todo bajo control. Debido a que el juicio se había dividido en dos fases, se esperaba que el tribunal y el jurado llegaran a la conclusión de que “Roundup” (el nombre comercial del herbicida) no era responsable del cáncer del demandante Edwin Hardeman. Pero eso es exactamente lo que pasó. Ahora Bayer está “decepcionado”. Pero, ¿por qué? ¿Será porque no esperaban que el jurado decidiera en contra de Monsanto o Bayer? A eso habría que llamarlo ingenuidad.
Miles de millones
Si, en la segunda parte del juicio, el jurado llegara a la conclusión de que Monsanto había ocultado los riesgos del glifosato, entonces Bayer se llevaría una sombría sorpresa. ¡Alerta roja en Leverkusen!
Ese momento todavía no llegó, y Bayer seguirá luchando en los tribunales para demostrar lo contrario. Pero la situación es difícil, y quizás la empresa tenga que hacer el esfuerzo de pagar miles de millones de dólares de indemnización para poner fin lo antes posible a los agotadores casos judiciales.
Por el momento, el caso Monsanto es un ejemplo de cómo la megalomanía de un ejecutivo puede convertirse en un bumerán. Werner Baumann quiso demostrar que, a diferencia de sus predecesores, se atrevía a tragarse a un competidor estadounidense. Pero ahora resulta que Bayer se atragantó con Monsanto y que Baumann se convirtió en el mayor destructor de valor en la historia del índice bursátil alemán.

Con información de DW