El 10 por ciento de los hogares más ricos del país concentra la mitad del ingreso nacional: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
En conferencia reciente uno de los asistentes me indicó que con tantos problemas en el país es imposible resolverlos todos; por lo que me preguntó que por cual empezaría. México, al igual que muchos otros país de Latinoamérica, tiene diversos y graves problemas como son la falta de empleos y la pobreza en un porcentaje importante de la población, la elevada inseguridad y la delincuencia que nos afecta, la mala distribución del ingreso y el bajo poder de compra de los salarios, un limitado ahorro y unos de las más bajas recaudaciones fiscales en el mundo, así como un elevado déficit y deuda del gobierno.
Los gobiernos tienden a enfrentar estos graves problemas, pero con frecuencia sólo tratan de resolver los síntomas sin atacar las causas que los producen. Así, se tienen programas de asistencia social y entrega de apoyos económicos que con frecuencia vuelven a las personas dependientes de estas ayudas, pero que tienen un elevado costo fiscal.
Cuando caen los ingresos fiscales no hay suficientes recursos para financiarlos, por lo que entonces deciden reducir la inversión y elevar los impuestos a los que trabajan, agravando así lo que pretendían corregir.
Una solución para empezar a resolver la gran cantidad de los problemas que nos aquejan es lograr mayor crecimiento económico. Si hay crecimiento se tiene más producción con lo que se incrementan los bienes y servicios disponibles en el país, lo que presiona sus precios a la baja. Además, con crecimiento se crean los empleos que requiere la población elevando, así, sus ingresos. Si existe crecimiento, las empresas requieren más trabajadores y están dispuestas a pagar mayores sueldos para conseguirlos, con lo que el ingreso de las familias se eleva, mejorando así la distribución del ingreso en México, que es una de las más malas en el mundo.
Por otro lado, con mayor crecimiento económico las empresas tienen más ventas y pagan mejores sueldos con lo que aumenta la recaudación de impuestos, que ayuda a reducir el déficit fiscal y el endeudamiento del gobierno (siempre y que no aumente también el gasto público).
Además, en la medida en que se crean más empleos formales con prestaciones, se reducen los incentivos para la delincuencia y se eleva el poder de compra de la población, lo que a su vez eleva la inversión que realizan las empresas, con lo que se produce un círculo virtuoso de más crecimiento, más empleos, mejor ingreso de las personas y más utilidades de las empresas propiciando más inversión. Sin embargo, el PIB per cápita en México, es decir por persona, se ha mantenido estable en las pasadas décadas, esto es, no ha habido crecimiento.
Un caso extremo de como paralizar una economía y lograr caídas en la producción, en el empleo e incrementar el hambre de la población es la situación actual en Venezuela. Desde hace meses el gobierno de ese país cerró la frontera con Colombia, posteriormente decidió abrirla durante doce horas, lo cual provocó colas de miles de personas que la cruzaran para poder comprar alimentos y medicinas que escasean en esa nación. Esa es una situación muy triste para quienes la padecen, pero que es muy ilustrativa para así entender porque unos países tienen abundancia de productos y otros tienen escasez y hambre.
Hay que ver lo que ha hecho el gobierno de Venezuela en los pasados años y realizar lo contrario en nuestro país para elevar el crecimiento.
En ese país se pusieron controles de precios y al tipo de cambio, se realizaron expropiaciones de empresas y se fomentó el enfrentamiento entre los sectores productivos, se ha roto el Estado de derecho en donde las propiedades están sujetas a confiscaciones, se ha generalizado la delincuencia y la impunidad, así como se han elevado los impuestos a las empresas. En suma, se ha creado un entorno que impide el funcionamiento normal del sistema de mercado lo que detiene la inversión, la producción y el empleo.
La prioridad que debería existir en nuestro país es crear las condiciones para elevar el crecimiento económico en cada uno de los sectores económicos y ramas. No se requieren subsidios, sino reducir trabas y obstáculos a la producción y a la generación de empleos.