Estrés: cuando tu cuerpo no lo soporta

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Todos hemos padecido estrés, por responsabilidades, preocupaciones, deudas o hasta la pérdida inesperada de un ser querido

El estrés no siempre es malo para nosotros, pero cuando se vuelve parte de nuestra vida y nos acostumbramos a sus síntomas, a largo plazo se convierte en un padecimiento crónico que impacta seriamente en nuestra salud.

Las pequeñas dosis de estrés nos ayudan a reaccionar ante una situación de peligro. Pero si es tan frecuente que ya no distingues sus síntomas, puede ser fatal para tu salud.

Principales tipos

Estrés agudo

Desaparece a corto plazo y no afecta tu calidad de vida. Todos hemos experimentado este tipo de estrés cuando hablamos en público o en una entrevista de trabajo.

Estrés crónico

Puede permanecer durante semanas, meses e incluso años y si te acostumbras a los síntomas, en cualquier momento tu salud tendrá que pagar la factura.

Con este tipo de estrés nuestras defensas se debilitan y aumenta la producción de sustancias como la adrenalina, dopamina, noradrenalina y el cortisol.

Por una parte, la adrenalina y noradrenalina dilatan los vasos sanguíneos de los órganos vitales para “preparar” al cuerpo ante cualquier situación de riesgo, pero, por otro lado, el cortisol aumenta la glucemia y por lo tanto transforma la grasa en energía.

Cuando estas sustancias aumentan, se pueden presentar problemas cardíacos y desarrollar los siguientes padecimientos:

  • Depresión
  • Elevan los triglicéridos
  • Insuficiencia cardiaca
  • Diabetes
  • Activar el virus de la culebrilla o herpes zóster
  • Problemas de la tiroides

Estas son las señales de que el estrés está llevando al límite a tu organismo.

Dolor muscular

Afecta principalmente a la mandíbula, el entrecejo, el cuello y la espalda.

Cansancio extremo

Puede presentarse aunque no realices actividades que requieran mucho gasto de energía. Si te despiertas y sientes tu cuerpo agotado, puede ser el estrés.

Pérdida de cabello

Si al bañarte, cepillarte o pasarte las manos por tu cabello se te caen los mechones, es probable que tus niveles de estrés estén muy arriba.

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Estreñimiento

Es una condición frecuente, pero no muchas personas lo saben. El estrés influye directamente en el sistema gastrointestinal.

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Mala memoria

Puede manifestarse a través de olvidar algo sencillo, como donde pusiste las llaves o hacer una compra, y puede llegar a no recordar el nombre de una persona.

El cortisol reduce la actividad del hipocampo del cerebro.

Psoriasis

Una enfermedad de la piel que provoca enrojecimiento, descamación dolor e hinchazón en cualquier parte del cuerpo en donde aparece. No se sabe el origen de esta enfermedad, pero el estrés nervioso puede desencadenarla.

Alteración del sueño

El alto nivel de cortisol, provocado por el estrés, mantiene tu cuerpo en estado de alerta y por eso cuesta trabajo conciliar el sueño.

Irritabilidad

Generas menos dopamina por el estrés, al existir un déficit de esta hormona cualquier situación puede hacer que pierdas el control.

Uñas picadas o con puntitos

Puede ser que tu dieta sea desequilibrada por el estrés.

Dermatitis nerviosa

Si cuando te estresas aparece sarpullido en la piel, es un indicador de que tu cuerpo ya no puede con el estrés y debes hacer algo para controlarlo.

Caspa

Es provocada por el Malassezia globosa, un microbio presente en tu cuero cabelludo, que el estrés en altas cantidades hace aparecer con estos síntomas.

Herpes Zostér

Es una infección viral que ocasiona sarpullido doloroso. A largo plazo causa dolor en los nervios de la zona afectada. Puede haber erupciones acompañadas de peuqeñas ampollas que permanecen en el cuerpo de dos semanas a un mes.

Recuerda que si no lo controlas, a largo plazo podrías desarrollar enfermedades que puedan perjudicar seriamente tu salud.

Estres: cuando tu cuerpo no lo soporta