Luego de varias décadas de trabajo dedicadas a estudiar los costos sociales, ambientales y energéticos de la revolución verde, el maestro Walter Alberto Pengue afirma que la agroecología es una práctica de emancipación inscrita en las dinámicas de resistencia de los pueblos del mundo al capitalismo.
La agroecología es eminentemente revolucionaria, porque busca detener los procesos de urbanización a nivel mundial, cuyos pronósticos a 2050 por los organismos multilaterales, señalan la desaparición de las comunidades rurales por todo el Planeta. Retornar al campo, mantenerse en el campo, recuperar la soberanía alimentaria frente al sistema agroalimentario hegemónico por tanto, es un acto revolucionario.
Esta resistencia, sin embargo, está siendo amenazada constantemente, no sólo por la persecución que hacen los gobiernos a través de sus legislaciones y demás acciones. El maestro Walter Pengue advierte que el escalamiento de la agroecología a nivel mundial no ha pasado inadvertido para los grupos corporativos. Actualmente intentan cooptarla mediante la idea de que la agroecologia puede mejorar la productividad, quitándole a la agroecología su carácter integral.
El escalamiento de la agroecología debe darse teniendo en cuenta todos sus balances, el acceso a la tierra, el acceso al agua, el control de las semillas, la soberanía alimentaria, la reforma agraria.