Manejo de Emociones en Situaciones de Caos

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El manejo de emociones es necesario en tiempos de paz y de bonanza, imprescindible en tiempos de caos.

Ahora que nos está tocando vivir tiempos difíciles y que atravesamos por una crisis económica, es necesario recobrar nuestro equilibrio emocional, así como desarrollar actitudes útiles que nos ayuden a superar las adversidades.

Bombardeados por la información, escuchando, viendo y recreando lo mismo, casi las 24 horas del día, una crisis emocional colectiva que ha afectado a todo el planeta es el resultado del stress que se vive; esto como consecuencia, nos ha llevado a enfermarnos, pues cuando las emociones se desbordan y el cuerpo ya no resiste, no es raro que aparezca una “gripa”, una reacción física ante la insatisfacción y el temor.

Amenaza o pérdida del empleo, descenso en el nivel de vida, falta de recursos económicos, son efectos reales de la crisis que genera incertidumbre, miedo y frustración entre otras emociones negativas y que desbordadas y sin poderlas manejar nos ocasionan más de lo mismo: desesperación, queja, desconfianza, desánimo, rabia son las formas con las cuales estamos reaccionando ante estos eventos, es decir, la gente está siendo más emocional que nunca.

Directivos que descargan sus presiones en subalternos, padres que se desquitan con sus hijos, hijos que se desquitan con sus mascotas, hacen una cadena de reacciones descontroladas que solo llevan a más tensión, rupturas y más pérdidas. Las emociones se contagian aún más que los “virus”.

¿Cómo podemos generar recursos materiales, cómo podemos producir cuando la angustia nos consume, la presión nos agobia, la depresión es presa de nosotros? Así no se puede. Un cambio de actitud es básico. Los que soportan mal la presión tienden al mal humor, a los ataques de cólera, a la arrogancia, agresividad, prepotencia, generalmente culpando a otros, son incapaces de crear redes de cooperación para unir esfuerzos.

Ahora más que nunca se necesitan líderes creativos, que aún en medio del conflicto puedan tomar conciencia de sus propias emociones, que adopten actitudes empáticas y que tengan la capacidad de influir positivamente en otros. Dependiendo del estado emocional de la persona será posible su manejo y equilibrio. En algunos casos se requiere de apoyo terapéutico o médico; esto es cuando la persona ya no puede autoregularse.

Las emociones son impulsos para actuar, nos llevan a la acción, son tendencias biológicas que tienen que ver con nuestra historia personal, a veces son patrones aprendidos y también heredados del sistema familiar y en cualquier caso pueden ser modificados.

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Comprender nuestro funcionamiento emocional es el primer paso, la base para poder manejar nuestras emociones. Lograr una “conciencia emocional”, darse cuenta de uno mismo, reconocer el tipo de emociones sus causas y sus efectos. Hasta hace poco tiempo se tenía la creencia que solo el coeficiente intelectual era necesario para tener éxito, ahora sabemos que el buen manejo de sentimientos hacen la diferencia entre este y el fracaso.

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No necesitamos luchar contra ellas, ni reprimirlas, ni controlarlas, sino asumir una actitud constructiva; su buen manejo optimiza la productividad en las empresas, ya que pueden ser capitalizadas para potenciar sus aspectos positivos, canalizándolas en beneficio común. Aprender a diferenciarlas, validarlas, comprenderlas, expresarlas y liberarlas de una manera asertiva nos hará sentirnos con más fuerza.

Se requiere equilibrar la cabeza, el estómago (pues a veces reaccionamos desde las viseras) y el corazón, es decir, encontrar un equilibrio entre pensamiento, sentimiento y reacciones. Reformular el pensamiento es tan solo cambiar la dirección y el contenido.

Los pensamientos condicionan a las emociones:

Pensamientos = Emociones= Acciones=Resultados

Si piensas que las cosas son terribles, que los problemas no tienen solución (pensamiento negativo) las emociones son negativas, la angustia, la desesperanza, (emociones limitantes) llevan a obtener resultados de la misma naturaleza.

Es un asunto de actitud, o construyo o dejo que el entorno me destruya, lo mismo pasa con las imágenes, estamos expuestos constantemente a imágenes terribles, que llegan a nuestro cerebro y se quedan produciendo malestar. Igual con lo que escuchamos o lo que seleccionamos ver, nos quejamos de la violencia, de la delincuencia y seleccionamos películas con un alto grado de violencia, muerte y así pasamos nuestro tiempo libre. Es necesario usar el libre albedrío para seleccionar lo que vemos, oímos, lo que permitimos entre a nuestro mundo interno.

Equilibrio emocional.

Lo que enriquece nuestra vida es nuestro equilibrio emocional; una armonía entre nuestras diferentes áreas, (lo económico y material es sólo una parte de de nosotros y hemos hecho de esto casi lo único, lo esencial)olvidándonos tal vez de la espiritualidad, la sexualidad, la recreación,de la familia, la cultura yel cuerpo físico.

Equilibrar el malestar con estados de gozo, de buen humor, de creatividad, de descanso, pues la crisis con nuestro desgaste o sin él ahí va a estar por un tiempo. Por ahora esto es lo que hay, es lo que es y estar en concordancia nos libera, si lo asumimos con valor y buena actitud, seguramente saldremos fortalecidos, en condiciones para recomenzar el ciclo que viene, el de estabilidad y bonanza.

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