Menos de seis meses antes de su muerte, el sacerdote Renato Poblete recibió el mayor reconocimiento oficial que otorga el gobierno de Chile: el premio Bicentenario, entregado en el Palacio de la Moneda por la entonces presidenta Michelle Bachelet.
Era septiembre de 2009 y el octogenario jesuita culminaba así una larga trayectoria que lo había llevado a disfrutar de gran prestigio en la sociedad chilena.
Esa imagen inmaculada se hizo trizas este martes tras la divulgación de los resultados de una investigación realizada por la Compañía de Jesús en Chile, según la cual durante casi medio siglo Poblete cometió numerosos abusos sexuales sobre, al menos, 22 mujeres.
Cuatro de las víctimas eran menores de edad en el momento de ser agredidas.
Doble vida
“Las conductas de abuso de poder, de conciencia, sexual y otros delitos cometidos por Renato Poblete se sostuvieron en una suerte de doble vida, amparado en su imagen pública de persona de bien“, dijo el superior de la orden en Chile, Cristián del Campo, al presentar los resultados de la indagatoria.
Del Campo explicó que a lo largo de su vida el sacerdote mantuvo seis relaciones estables y que estiman que hubo aspectos abusivos en, al menos, cinco de ellas.
La investigación sobre Poblete se inició en enero de este año, luego de que Marcela Aranda Escobar lo denunciara por delitos sexuales y abuso de poder ocurridos entre 1985 y 1993.
Según dijo Aranda a una televisora en Chile, además de los abusos físicos, Poblete la obligó a abortar en tres ocasiones.
A partir de entonces, otras 21 mujeres dieron testimonio de haber sufrido algún tipo de abuso sexual por parte del fallecido sacerdote.
De acuerdo con las denuncias presentadas, los abusos ocurrieron a lo largo de un periodo de 48 años, entre 1960 y 2008, cuando ya Poblete tenía 83 años de edad.
Según la investigación, las denuncias contra Poblete presentan una situación de “abordaje sexual inesperado y violento, en el que intempestivamente se intenta besar y tocar a la víctima”.
Exhaustiva investigación
La Compañía de Jesús explicó en una nota de prensa que la investigación estuvo a cargo de Waldo Bown, un abogado penalista de la Universidad de Chile, e incluyó entrevistas a más de un centenar de personas, así como otras diligencias como el análisis de documentos y la inspección de lugares.
“La investigación consideró que todos los testimonios eran plausibles y creíbles y, en algunos casos, pudo corroborar las denuncias con los testimonios de terceras personas u otro tipo de elementos externos que confirmaron los hechos”, señaló el comunicado.
También se refiere que se recogieron “diversos antecedentes que dan cuenta de que existió un número significativo de personas, jesuitas y laicos, que tuvieron alguna información de comportamientos inadecuados del sacerdote Renato Poblete Barth, los que fueron conocidos de primera fuente, por terceras personas, o a modo de rumor”.
Pese a ello, se señala que el investigador “no acreditó la existencia de encubrimiento, tal como se lo entiende comúnmente en el ordenamiento jurídico chileno”, ni se encontró “ningún caso de un jesuita que haya tomado conocimiento de abuso de menores, violaciones, ni abortos”.
Según la Compañía de Jesús, el responsable de la investigación sí consideró que en algunos casos se incurrió en responsabilidad ética por no haber informado a los superiores o por no haber mostrado un mayor cuidado a las posibles víctimas.
Imagen pública
Durante su vida, Poblete logró obtener gran reconocimiento por parte de la sociedad chilena.
Cuando el sacerdote falleció en febrero de 2010, Sebastián Piñera, quien entonces era presidente electo, reveló que había tenido planes para nombrarlo capellán del Palacio de la Moneda.
“Para mí él fue un santo y sé que está descansando en el cielo”, dijo entonces el mandatario chileno.
Los homenajes siguieron después de su muerte, con actos como la inauguración en la comuna de Santiago de un parque fluvial que lleva su nombre.
Estos actos eran un reconocimiento a una figura pública muy conocida y respetada en Chile.
Poblete fue capellán durante años del Hogar de Cristo, considerado como la mayor obra de beneficencia del país donde diariamente se atiende a miles de personas.
También fue columnista del diario La Segunda y participó en la canonización de Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita que en 2005 se convirtió en el segundo chileno en ser incorporado en el santoral católico.
El caso de Poblete se suma a una larga lista de investigaciones que realizan las autoridades chilenas sobre abusos sexuales cometidos por miembros de la jerarquía católica.
De acuerdo con cifras de la Fiscalía de ese país, hasta mayo pasado había al menos 166 casos en curso por este motivo que involucraban a 221 personas, la mayor parte sacerdotes.
Con información de Canal 13 de Chile y la BBC