Un Futuro para México: Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda*

PAG. 8. LIBRO.FUTUROLo que aquí se propone no es un programa de gobierno. Es una agenda para ser discutida. Servir como referencia del debate nacional camino a las elecciones presidenciales de 2012. Es una provocación para inducir definiciones a uno y otro lado de la propuesta y establecer con claridad los términos de la disputa por el rumbo deseable de la nación.
Triunfaron quienes lograron polarizar la votación: Vicente Fox en el 2000 para “sacar al PRI de los Pinos” y Felipe Calderón en 2006 para evitar el “peligro para México” de López Obrador. Creemos que esta táctica se ha agotado. México no puede seguir celebrando cada seis años virtuales plebiscitos sobre partidos y personas en elecciones desprovistas de carácter programático. Hay que transformar el 2012 en un referéndum sobre el programa. Hay que responder hoy a la pregunta de mañana: ¿Cómo llegar al 2018 como una sociedad en crecimiento, de clase media, segura y ubicada en el mundo?
Los comicios tienden a ser definidos cada vez más por los votantes más modernos y vinculados con los beneficios de la globalización. El voto duro aporta un piso necesario pero insuficiente para ganar una elección presidencial. Los votos claves vienen de sectores oscilantes. Dichos sectores inclinaron la balanza a favor de Fox a partir de mayo de 2000 y en marzo de 2006 empezaron a dudar de López Obrador como mejor opción, retirándole al final su apoyo.
Existe hoy una oportunidad para al menos intentar que el país entre en una dinámica de propuestas que obliguen a todos a mostrar sus cartas y a hacer explícitas sus posturas. No hay acuerdos fundamentales entre las fuerzas políticas sobre qué rumbo tomar, y se estorban unas a otras, pero su desacuerdo no destruye ni socava al Estado, simplemente lo hace un instrumento más debatido y menos eficaz para el cambio.
Quien desee un futuro moderno para México, como lo quiere este ensayo, debe pensar sus propuestas de cambio en el horizonte de cuatro coordenadas. Cambios traerán cambios. El estadio final buscado no es sólo que México llegue a ser un país próspero, equitativo y democrático, sino que lo sea en un entorno de legalidad, sustentabilidad, modernidad tecnológica y honestidad pública. México ha dado pasos en ese camino, lentos e insuficientes, durante sus dos siglos de vida independiente. Nuestra convicción es que puede y debe andar en los siguientes veinte años más que en los doscientos anteriores.