Fiscales federales de Estados Unidos presentaron cargos contra decenas de personas el 12 de marzo en un gran escándalo relacionado con admisiones a universidades que involucra a padres adinerados —incluidas celebridades de Hollywood y prominentes líderes empresariales— que pagaron sobornos para lograr el ingreso de sus hijos a universidades estadounidenses de élite.
En el caso, se presentaron cargos en contra de 33 padres. También estuvieron implicados los principales entrenadores universitarios, que fueron acusados de aceptar millones de dólares para ayudar en la admisión de estudiantes a Wake Forest, Yale, Stanford, la Universidad del Sur de California y otras instituciones, sin importar sus habilidades académicas o deportivas, dijeron los funcionarios.
Los acusados incluyen a las estrellas de Hollywood Lori Loughlin y Felicity Huffman, líderes de negocios, un diseñador de moda y un reconocido abogado, dijeron los funcionarios.
El caso se dio a conocer este martes y sorprendió por su amplitud y audacia. Fue la indagatoria sobre admisiones escolares más grande de la historia del Departamento de Justicia, una investigación que involucró a doscientos agentes en todo Estados Unidos y resultó en la presentación de cargos contra cincuenta personas en seis estados.
Los cargos también subrayan cómo las admisiones a las universidades se han vuelto tan despiadadas y competitivas que algunos han buscado violar las reglas. Las autoridades dicen que los padres de algunos de los estudiantes más acaudalados y privilegiados de la nación que buscaron comprar espacios para sus hijos en renombradas universidades no solo engañaron al sistema, sino que también potencialmente les hicieron trampa a otros estudiantes que se esforzaron arduamente por la oportunidad de una educación universitaria.
“Los padres son los principales sospechosos de este fraude”, dijo Andrew E. Lelling, el fiscal estadounidense para el distrito de Massachusetts, el martes durante una conferencia de prensa. Lelling dijo que esos padres usaron sus fortunas para crear un sistema de admisiones aparte e injusto para sus hijos.
No obstante, Lelling señaló: “No habrá un sistema de justicia penal aparte” para ellos.
“Las verdaderas víctimas en este caso son los estudiantes que se esfuerzan arduamente” que fueron desplazados en el proceso de admisión por “estudiantes mucho menos calificados y sus familias que simplemente compraron su ingreso”, dijo Lelling.
En el centro del extenso crimen financiero y fraude estaba William Rick Singer, el fundador de un negocio de preparación para la universidad llamado Edge College & Career Network, también conocido como la Llave.
Las autoridades afirman que Singer, que ha aceptado declararse culpable de los cargos y quien cooperó con los fiscales federales, usó la Llave y su filial sin fines de lucro, la Fundación Mundial Llave —con sede en Newport Beach, California—, para ayudar a los estudiantes a hacer trampa en sus exámenes estandarizados y a pagar sobornos a entrenadores que podían hacerlos ingresar a la universidad con logros atléticos falsos.
Lelling dijo que Huffman participó al hacer trampa en la parte del fraude relacionada con el examen SAT.
Singer también sobornó a entrenadores atléticos de la División 1 para que dijeran a los encargados de admisiones que deseaban a ciertos estudiantes, a pesar de que dichos estudiantes no contaban con las capacidades atléticas necesarias.
Lelling dijo que la primera pista en el caso llegó cuando el objetivo de una investigación sin ninguna relación alertó a los fiscales que los sobornos y el fraude podrían estar ocurriendo.
Por Jennifer Medina y Katie Benner,
con información de The New York Times en Español