A través de los distintos medios de comunicación, pagados por el Gobierno Federal y los partidos políticos, se han encargado de proporcionar información parcial a la sociedad, para comunicar las pros y contras de la reforma energética, por una parte los funcionarios públicos señalan que generarán empleos y reducción de precios de luz y de gas, los partidos de la oposición señalan que privatizar Pemex, que “es” de los mexicanos, será para seguir dando negocio a unos cuantos empresarios y continuar con la corrupción para algunos funcionarios públicos, en fin, es tanta información que nos tiene confundidos.
Como sabemos, el Presidente Enrique Peña Nieto envió el pasado mes de agosto al Senado de la República una iniciativa para reformar dos párrafos de los artículos 27 y 28 Constitucional, (párrafo sexto del artículo 27 y párrafo cuarto del artículo 28), en el que:
1) Se pretende eliminar la prohibición de que el Estado celebre contratos para la explotación de hidrocarburos; 2) Sustraer de las áreas estratégicas del estado a la petroquímica básica y; 3) que las actividades de la industria petrolera tales como el procesamiento de gas natural y la refinación de petróleo, entre otros, puedan ser realizados tanto por organismos del estado, como por los sectores social y privado, por medio de permisos que otorgue el ejecutivo Federal.
Lo que si será un hecho y que el Secretario de Hacienda Luis Videgaray declaró coincidiendo con la propuesta del PRD, es que la reforma fiscal que iniciará en 2013, propone un nuevo régimen fiscal para Pemex, en el que las utilidades que genere, se podrán decidir cada año por el Congreso de la Unión, para reinvertirse o destinarse en servicios de educación, salud o infraestructura en otros sectores.
A continuación algunos datos cuantitativos que se incluyen en la iniciativa de reforma energética, como exposición de motivos, el cual hacen una comparación con Estados Unidos de América (EUA), nuestro principal socio comercial.
E.U.A. | MEXICO | |||
Pozos de yacimientos de petróleo y gas lutitas (Shale) | 9100 | 3 | ||
Exportación de gas | 60% | |||
Importación de gas natural y shale | 33% | |||
Perforación de pozos en aguas hasta 500 mts | 137 | 6 | ||
Empresas que participan en la producción | 70 | 1 | ||
Perforación pozos ultraprofundos | 52 | 5 | ||
Producción diaria de barriles de petróleo | 6.4 M.B. | 2.5 MB | ||
Refinación diaria de barriles de petróleo | 37. MBD | 1.2 MB | ||
Importación de gasolina | 50% | |||
Importación de diesel | 33% | |||
Importación petroquímica | 75% | |||
Refinerías | 149 | 6 |
México tiene una tendencia de crecimiento de importación del 5 al 10%, de gasolina y gas, de hecho la importación de este último estuvo en el año 2012 en la capacidad máxima de importación por el tope por los gasoductos que se encuentran en territorio mexicano, por lo que requiere invertir en refinadoras, las cuales, según datos de la exposición de motivos, tienen un costo de entre 7,000 y 9,000 millones de dólares y que de seguir con la tendencia actual, nos convertiríamos en un país importador neto de hidrocarburos en tan solo algunos años.
En la exposición de motivos se hace mucho énfasis que en la reforma energética prevalecerán los principios básicos de la expropiación petrolera del ex-presidente Lázaro Cárdenas, donde señalaba que se debía garantizar la propiedad y rectoría del Estado en el control de los hidrocarburos, es decir, corresponde a la Nación el dominio de los recursos naturales del subsuelo, al tiempo que se contempla la participación en el sector privado en diversas actividades de la industria petrolera.
Si bien es cierto que Pemex tiene una limitada capacidad de refinación y transformación en relación a la explotación de hidrocarburos, tambiénes cierto que se requiere de recursos importantes para aumentar su producción de gasolina, gas y desarrollo de tecnología para explotar adecuadamente los petroquímicos; en otras palabras, Pemex no esta generando ningún tipo de innovación que le permita competitividad y elaborar los productos requeridos por la población.
Ya la tendencia ha sido la misma de hace muchos años, exportar recursos naturales e importar productos finales. Como ya sabemos la riqueza en un país se genera a través del aumento del valor agregado; en la medida en que somos capaces de transformar una materia prima en un artículo de utilidad, estamos generando valor y entonces hay crecimiento económico.
Dentro de la exposición de motivos que presentó el ejecutivo se señala que el beneficio esperado es aumentar la producción de petróleo en un 40% de 2.5 Millones de Barriles Diarios (MBD) a 3 MBD en 2018 y, de igual forma la producción de gas en un 60%, es decir se pretende continuar con la tendencia de explotación de recursos naturales no renovables. No se estimó en la exposición de motivos cuál podría ser la inversión privada para la construcción de refinerías para la producción de gasolina y gas.
Adicionalmente en la exposición de motivos se señala que uno de los “ejes estratégicos” de dicha reforma, es la “sustentabilidad y protección al medio ambiente” generando energías “limpias” y declarando que México tiene el potencial para generar energías renovables como la eólica, geotérmica, hidráulica y mini hidráulica, biomasa y solar; sin embargo no se pretendió reformar el artículo 27 constitucional donde se señala que corresponde exclusivamente a la nación el control del sistema eléctrico nacional. Por lo anterior, prevalecerá la disposición para aquellos casos en donde se produzca energía solar o eólica exclusivamente para consumo y no para comercialización.
Desde luego la reforma fiscal para 2013 dará autonomía a PEMEX con respecto a Hacienda, acompañando con reformas para aumentar la base tributaria, revertir parte de sus extraordinarias ganancias en sí misma y desde luego si se pretende modernizar a PEMEX, se deberá extirpar de raíz profunda la indigna corrupción burocrática y sindical.
Es de gran importancia que nuestros legisladores antes de poner a votación esta reforma, se asesoren de expertos en al área, como podría ser un comité formado por instituciones educativas como la UNAM, el IPN, el Instituto Mexicano del Petróleo, entre otros especialistas y científicos con los que contamos en nuestro país y no se dejen llevar por las distintas campañas publicitarias o la tendencia del partido político que corresponda.
Lo anterior permitiría un buen inicio de la reforma energética que incentive la coinversión y la innovación en la producción de hidrocarburos, manteniendo a la Nación el dominio del anhelado oro negro.