Los ludópatas o adictos al juego, generan entre el 35 y 50% de las ganancias en los casinos
Un estudio realizado por la Cámara de Diputados titulado “Casinos: Efectos sociales negativos y ludopatía”, revela que los casinos generan importantes utilidades sólo para sus concesionarios, pero a costa de importantes y graves costos sociales para la población y para el país. Cita que en EU los costos sociales se calculaban en el año 2000, entre 27 y 43 mil millones de dólares al año.
Así mismo, el costo social versus los beneficios iban de 1.9 a 1 y hasta de 5.65 a 1. El costo por cada jugador problema adicional en E.U. fue entre 1994 y 1999 de entre 4,225 y 13,586 dólares. El estudio concluye diciendo “Las repercusiones que pudieran observarse en la población mexicana al legalizar los casinos podrían ser idénticas a lo sucedido en otros países”.
El 3 de diciembre de 2014 la Cámara de Diputados aprobó y envió al Senado de la República para su discusión, el dictamen que contiene la nueva Ley General de Juegos con Apuesta y Sorteos. Si bien, la regulación es necesaria para proteger a los ciudadanos; antes de debatir su contenido habría que preguntarnos: ¿Qué aportan los Casinos a la sociedad?
En Norteamérica donde ya se experimentó la expansión de casinos existen investigaciones reveladoras. El Instituto for American Values, estudió el impacto que han tenido sobre el estilo de vida de los norteamericanos. Antes los casinos solo estaban permitidos en Las Vegas y en Atlantic City. Pero desde 1990 comenzaron a proliferar en varias ciudades apoyados por gobiernos estatales que antes los prohibían, bajo el argumento de generar desarrollo social y económico en la zona en que se establecieron.
Los resultados arrojaron que a esos casinos no asisten turistas y realmente lo que se ve es gente local apostando su salario o su patrimonio y principalmente jugando en las máquinas tragamonedas. La mayoría vive a poca distancia de los Casinos. Son principalmente personas con bajo nivel de estudios, asalariados con bajos ingresos o jubilados. Un alto porcentaje se vuelve ludópata que es la enfermedad que afecta al jugador compulsivo y que tanto daña a sus familias y a la comunidad.
Los Casinos dependen de los ludópatas quienes generan entre el 35 y 50% de sus ganancias. También generan el 65% de lo que produce una máquina tragamonedas. Estas máquinas están programadas para que entre más tiempo se juegue, más se pierda y provocan una incontrolable adicción. Por ejemplo, en una hora un jugador de máquinas tragamonedas realiza 650 apuestas, mientras que un jugador de Black Jack realiza menos de 100 apuestas, en el mismo lapso de tiempo.
En lo económico los casinos absorben la economía local; orillan al cierre de negocios y disminuyen el valor de los inmuebles que hay a su alrededor. No producen un bien o un servicio, ni generan derrama económica pues sus ganancias se basan en que muchos pierdan su dinero para que muy pocos ganen.
En cuanto a la edad de los clientes, el reporte establece que los jóvenes entre 21 y 35 años son vistos por la industria del juego en casinos como su clientela potencial inmediata o de corto plazo y al mismo tiempo genera su mercado cautivo futuro.
Así que, si no fueran suficientes estos estudios, antes de establecer casinos los mexicanos debemos preguntarnos: ¿Está México preparado para la autorización y proliferación de nuevos casinos, ante la delincuencia, el lavado de dinero y la corrupción que se observa en nuestro entorno? ¿Ya se calcularon debidamente los efectos negativos ineludibles que conlleva la legalización del juego, como son la ludopatía, la evasión fiscal, la trata de personas y la desintegración familiar, entre otros? ¿Qué sectores de la sociedad en particular, piden que haya más casinos?
Responder ampliamente las anteriores preguntas, podría ayudar a contestar esta última: ¿usted, apoyaría que haya más casinos y a costa de la descomposición del tejido social?