Cuando los jóvenes se sienten desechables. II Parte

Esa era la ley: “tienes que ser rudo, violento, uno se tiene que cuidar porque nadie lo va a hacer por ti”.

Cuando los jóvenes se sienten desechables. El discurso del narco asume que los niños y jóvenes inevitablemente serán drogadictos y pandilleros: “Cuando creces en un barrio pobre ya sabes que en algún punto te convertirás en drogadicto”. Igualmente, las pandillas, que implican vandalismo y violencia diaria, son construidas como “la única manera de sobrevivir a la violencia en las calles”. Por lo tanto, se da por sentado que estos jóvenes no tienen futuro y por eso son desechables: “Cuando eres drogadicto te ves a ti mismo como nada, peor que basura… ¿a quién le va a importar la vida de un pobre drogadicto?”.

CUANDO EL FUTURO ES, NO TENER FUTURO

Retomamos en esta segunda parte, un aspecto de la Tesis doctoral de Karina García Reyes, mexicana y actualmente profesora en la University of Bristol. De acuerdo a su investigación, la muerte temprana de los jóvenes involucrados en el narcotráfico, se percibe como inevitable: “Cuando ves tantos de tus compañeros morir en peleas, de una sobredosis, balaceados por la policía, tú piensas que ese también es tu futuro”. De esta manera, se asume que el destino de los jóvenes pobres es fatal: “Siempre pensé que mi destino era morir, ya sea de una sobredosis o por una bala”.

Jovenes se sienten desechables

ESTIGMAS: UN HOMBRE DEBE SER AGRESIVO

Cuando los jóvenes se sienten desechables. Bajo esta lógica, una de las pocas maneras de disfrutar la vida es a través del consumo de productos de lujo y la única manera de acceder a ellos es a través del “dinero fácil” que les proporciona “la vida fácil”. La vida fácil es el trabajo en el narcotráfico. La felicidad dada por el dinero se entiende como efímera pero que merece la pena, porque se asume que “en este mundo, sin dinero no eres nadie”. El discurso del narco también produce la idea de que “un hombre de verdad” tiene que ser agresivo, violento y mujeriego. Los participantes se referían a los barrios pobres como “la jungla” haciendo alusión a la ley del más fuerte. La violencia física es esencial para sobrevivir, literalmente.

PARA SOBREVIVIR EN LA JUNGLA

El discurso del narco resalta un aspecto clave de la violencia: es aprendida. Los hombres no nacen, se hacen violentos. “Cuando era niño, los niños más grandes me pegaban, se aprovechaban de mí porque estaba solo. Yo no era violento… pero tuve que volverme violento, más violento que ellos. Lo tienes que hacer si quieres sobrevivir en las calles”. En “la jungla” los hombres también sobreviven por tener una cierta reputación. Se asume que el “hombre de verdad” es heterosexual, mujeriego, “bueno para la parranda, las drogas y el alcohol”.

¿QUÉ PODEMOS APRENDER EN AMÉRICA LATINA?

Las causas del crimen y violencia en América Latina son similares. Independientemente del tipo de violencia, de narcotráfico, militar, de guerrillas o de maras; en opinión de la académica, hay dos ejes transversales: la pobreza y las masculinidades tóxicas (el machismo). Las experiencias de vida diaria de aquellos que viven en pobreza son el caldo de cultivo para todo tipo de violencia (doméstica, de género, de pandillas). Todo esto enmarcado por un tipo de violencia invisible, y pocas veces reconocida, la violencia estructural del Estado. Para García Reyes, académicos, políticos y sociedad civil deben entender y aprender de estas experiencias.  A pesar de que se reconoce a la pobreza como madre de todos los males, nosotros no sabemos lo que significa vivir en pobreza, dice. 

LA CLAVE ES ENTENDER PARA ACTUAR

Cuando los jóvenes se sienten desechables. El problema de la violencia únicamente se puede minimizar y evitar si se entiende y ataca localmente. Cada región, cada barrio, tiene problemas y necesidades específicas. Las políticas públicas diseñadas en masa no funcionarán. Y tal vez este es el gran problema, la solución de raíz al problema de la violencia no ofrece grandes recompensas a los políticos. La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene? ¿Quién la justifica y cómo? ¿Cómo se reproduce? ¿Cómo se ha lidiado con ella? Para contestar estas preguntas, necesitamos un enfoque interdisciplinario y la disposición de nuestros Gobiernos a escuchar…

*Yvette Hesse E. Directora de Grupo Editorial Kankun y Gente Q.Roo, revista de negocios y política. 

Facebook: yvette.hesse        Twitter: @YvetteHesse

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