El presidente de EE. UU., Donald Trump, insiste en que la industria manufacturera es clave para el crecimiento económico, a pesar de que sus políticas proteccionistas han afectado al sector y los empleos.
La reactivación de la industria manufacturera estadounidense, así como la recuperación de puestos de trabajo en las fábricas, ha sido un elemento central de la identidad política de Donald Trump desde que anunció su candidatura a la presidencia de Estados Unidos en 2016.
Trump había criticado a las administraciones anteriores por permitir que las empresas estadounidenses trasladaran la producción a países como China y México, y prometió traerla de vuelta a los Estados Unidos. Al respecto, los expertos dicen que su historial en este esfuerzo ha sido pobre.
“No ha habido ningún resurgimiento del empleo en la industria manufacturera en EE. UU.”, dijo a DW David Dollar, experto en relaciones económicas entre EE. UU. y China en la Institución Brookings. “La manufactura representaba el 8,1% del empleo ciudadano cuando Trump asumió el cargo, y hoy es el 8,1%”, dijo.
Los datos publicados esta semana por el Institute for Supply Management (ISM) muestran que la actividad manufacturera en Estados Unidos se contrajo por cuarto mes consecutivo en noviembre de 2019, cayendo a su nivel más bajo desde 2012.
El enfoque “América primero” de la administración y las políticas proteccionistas han causado una incertidumbre generalizada, represalias comerciales e interrupciones en cadenas de suministro, al tiempo que perjudican la inversión y ralentizan la contratación, dicen los expertos en economía.
“Las guerras comerciales de Trump son casi las únicas culpables de que no se haya hecho más por el sector manufacturero”, dijo a DW Jacob Funk Kirkegaard, miembro del Instituto Peterson de Economía Internacional, refiriéndose a la serie de conflictos arancelarios que el presidente de Estados Unidos inició desde que asumió el cargo.
Si bien la disputa comercial de Washington con Pekín ha llevado a una cierta reubicación de la producción desde China hacia lugares como México y Vietnam, no ha traído la producción de vuelta a EE. UU., menciona Dollar. Por su parte, Marick Masters, profesor de negocios de la Universidad Estatal de Wayne, comenta que el historial de Trump en materia de empleos “es generalmente positivo” y que sus políticas comerciales tienen “un considerable atractivo político” en el país.
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¿Qué tan importante es la industria manufacturera?
Hoy en día, esta industria constituye una pequeña parte de la economía y el mercado laboral de los Estados Unidos: el sector representó el 11% del PIB de EE. UU. en el segundo trimestre del año, según datos del Departamento de Comercio.
No obstante, el sector se considera extremadamente importante para la innovación industrial y fuente de puestos de trabajo bien remunerados que, además, requieren de un buen nivel de educación.
Peter Navarro, director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, argumenta que la industria manufacturera tiene un alto multiplicador de empleo, lo que significa que genera un gran número de empleos adicionales en otros campos. Según la Asociación Nacional de Fabricantes, por cada dólar gastado en manufactura, se añade otro dólar y 81 centavos de valor en otros sectores de la economía.
Durante su campaña presidencial y desde que llegó al poder, Trump ha prometido poner fin al declive del empleo a largo plazo y revivir los estados del “cinturón industrial”, ubicado en la región Medio Oeste de Estados Unidos y de intensa tradición en manufactura.
Por esta razón, las áreas con economías locales y grandes cantidades de manufacturas apoyaron abrumadoramente a Trump en 2016. Y desde que llegó a la presidencia, las empresas manufactureras han aportado más de 400.000 puestos de trabajo en todo Estados Unidos, según el sitio web de la Casa Blanca.
Impacto en la reelección
Sin embargo, los problemas en la industria del “cinturón industrial” podrían tener un impacto decisivo en las posibilidades de reelección de Trump, dijo Kirkegaard. “Trump debe ganar de nuevo la parte alta de los estados del Medio Oeste que ganó por corto margen en 2016. Pero con la manufactura local del Medio Oeste en recesión y perdiendo puestos de trabajo, esto será difícil para Trump”, señaló.
En todo el país, la caída de la industria manufacturera está golpeando más arduamente a los condados republicanos, según datos de la Institución Brookings. Tiene el potencial de influir en la opinión de los votantes en estados clave como Wisconsin y Michigan, donde se estima que la manufactura representa aproximadamente uno de cada cinco empleos en algunos condados.
“Si la economía entra en recesión, con el consiguiente aumento del desempleo, entonces las posibilidades de reelección de Trump se verán afectadas”, dijo Masters, y agregó: “Si la economía sigue funcionando bien y si los demócratas nominan a un izquierdista duro, las posibilidades de que Trump sea reelegido aumentan”.
Culpa a la Reserva Federal
Trump, mientras tanto, ha culpado a la Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos, por la desaceleración de la industria manufacturera.
El presidente ha criticado duramente la política monetaria, argumentando repetidamente que los aumentos de las tasas de interés han elevado el valor del dólar, provocando que los productos estadounidenses sean más caros en el extranjero.
“Los fabricantes están siendo frenados por la fortaleza del dólar, que está siendo apuntalado por las ridículas políticas de la Reserva Federal”, dijo Trump el lunes.
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Los aranceles de Donald Trump y a quién van dirigidos
China
El 10 de mayo de 2019, el presidente Donald Trump impuso sanciones a los bienes chinos por un valor de 200 mil millones de dólares (178 mil millones de euros). La medida aumentó los aranceles del 10 al 25 por ciento en varios productos de consumo, como teléfonos celulares, computadoras y juguetes. El Ministerio de Comercio de China dijo que lamentaba “profundamente” la decisión de Estados Unidos.