El Declive de los Precios del Petróleo y su Impacto en la Región. (II Parte)

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Declive de los Precios del Petróleo. Después de haber analizado el impacto de la caída en los precios internacionales del petróleo en la región latinoamericana en nuestro artículo anterior, consideramos importante darle continuidad al tema, enfocándonos en las proyecciones específicas de crecimiento que se vislumbran en el corto plazo para las tres grandes potencias petroleras de la región; Brasil, México y Venezuela. Veamos cada caso.


Brasil


En la primera década del siglo XXI se pudo observar a un Brasil con un crecimiento económico destacable. Sin embargo; a pesar de que el boom carioca parecía el inicio de una era de potencialidad brasileña en el mundo, hoy la situación crítica por la que atraviesa su economía y específicamente el sector petrolero, son por demás alarmantes.

Los pronósticos de crecimiento para Brasil en el 2015, son nulos.

A  pesar de contar con yacimientos petroleros que prometen al menos 50 millones de barriles de crudo; hoy en día su gran paraestatal petrolera; PETROBRAS, sufre pérdidas millonarias que ascienden a más de 7mmd. Esto debido al escándalo  de sobornos entre empresas constructoras y desvío de fondos a campañas políticas, por las licitaciones de PETROBRAS.

Debido a esto, el valor de la empresa sufrió una caída de hasta 50 billones de dólares. Si a todo esto le sumamos la caída internacional de los precios del petróleo, los proyectos multimillonarios de inversión que se habían contemplado para este sector, se están postergando indefinidamente. Al día de hoy no es rentable impulsar la exploración de yacimientos en aguas profundas, con precios por debajo de los 100 dólares por barril.


Los pronósticos de crecimiento para Brasil en el 2015, son nulos. De hecho se espera una contracción del 1%, según el FMI. Esto se debe a la caída en los precios de las materias primas (incluyendo al crudo por supuesto), la desconfianza del sector privado que se refleja en la baja inversión en PETROBRAS, y las medidas radicales de austeridad que está implementando el gobierno.


México

Hoy que finalmente se ha aprobado la tan polémica reforma energética, México parece ser una de las economías emergentes que menos sufrirá el declive de los precios internacionales del petróleo. Contribuirá a este menor impacto, el auge económico estadounidense y por ende la elevada exportación manufacturera a Estados Unidos, así como el blindaje macroeconómico que ha logrado consolidar la nación desde la crisis de 1994.

Este último factor coloca al país en una posición muy cómoda ante organismos financieros internacionales, en caso de requerir préstamos para amortiguar las pérdidas petroleras.


A pesa

r del escenario menos agreste que se vislumbra para México, el panorama no es halagüeño. Según los cálculos previstos hasta hace poco, la reforma energética podría haber impactado positivamente hasta en un punto porcentual del PIB anual. Sin embargo hoy, ante el no previsto declive de los precios del petróleo, ese punto porcentual no sólo ha desaparecido de las proyecciones, sino que se ha tenido que reducir la expectativa de crecimiento económico del país para el 2015, de 3.0 – 4.0% a 2.5 – 3.0%. (Sabatini; 2015)


En resumen, podemos esperar un 2015 y 2016, muy por debajo de la proyección que se esperaba lograr con las reformas estructurales y específicamente con la energética. Será la nación latinoamericana que presentará mayor crecimiento promedio, pero eso pudiera bien limitarse a un corto plazo, teniendo después que afrontar el verdadero ajuste por las pérdidas petroleras.

Venezuela: alcanzó el índice de inflación más alto del mundo (mayor al 65%) en 2014.

Venezuela


Tras la muerte de Chávez, la situación nacional se ha vuelto insostenible. La fuga de capitales, las escasas reservas federales, la ínfima inversión extranjera y el aumento alarmante de la deuda pública, se suman a la caída impredecible de los precios del petróleo, que han reducido a la mitad los ingresos petroleros en las arcas venezolanas. Este cúmulo de factores ha devenido en una contracción económica crítica, que llevó al país en el 2014 a alcanzar el índice de inflación más alto del mundo (mayor al 65%).


Es excesiva la dependencia de esta nación sureña a las ventas por petróleo y es ínfima la inversión que se ha hecho en exploración, tecnología e infraestructura; tanto para impulsar la propia industria petroquímica, como la producción diversificada en otros sectores. Casi el 90% de las exportaciones del país, son sobre la extracción del crudo y sus derivados.

Otros sectores productivos, aportan una cifra muy marginal al PIB nacional, por lo que la gran mayoría de los productos básicos que requiere el país (alimento, medicinas, maquinaria y equipos industriales) son importados y debido a la nula garantía de pago por parte del gobierno a los proveedores, hoy el país atraviesa por una crisis de escasez y desabasto insospechada. La productividad interna se encuentra paralizada.


El enfoque mono-productivo en Venezuela, trae consigo implícita la vulnerabilidad excesiva del país al comportamiento del sistema global.

Si desafortunadamente Venezuela colapsa, afectaría directamente a toda la región y específicamente a aquellas pequeñas naciones caribeñas con las que ha pactado el abasto petrolero a muy bajo costo, a cambio de servicios o mercancías; como es el caso de Cuba. (Véase el artículo: Venezuela, un futuro desalentador, que escribimos para la Revista Gente. Año 8, No. 46, Junio, 2013).


Las proyecciones de crecimiento que se perciben para estas tres naciones en los próximos años, avalan el argumento que exponíamos en la edición anterior, sobre la imperiosa necesidad que tienen los países en vías de desarrollo, de impulsar la productividad, diversificando su producción hacia otros sectores económicos que garanticen el ingreso y equilibren el mercado.

El Declive de los Precios del Petróleo y su Impacto en la Región. (II Parte)