¿Qué es necesario, arreglar e iluminar la calle o que el niño vaya a la escuela? Los derechos humanos no son un tema de moda, ni de capricho, son derechos inalienables y el Estado tiene la obligación de garantizarlos para ser coherente con nuestra Constitución.
EDUCACION O SEGURIDAD. Una historia de tantas… Como si se tratara de una telenovela, el largo camino de dos kilómetros que recorre Pepe -un pequeño de diez años de edad- con su mamá todos los días a las cinco y treinta horas de la mañana para tomar el autobús que lo llevará a la escuela, hacen que las frías gotas del rocío de enero apenas y le permitan llegar con los zapatos limpios al colegio, claro, eso si no cae dentro de uno de los grandes charcos que tapizan la carretera de “zazcab” que aún no se transforma puesto que todavía no han llegado las próximas campañas electorales por ese rumbo, además que doña Chayo – la mamá de Pepe- aún no logra conectarse ni ser aliada de la lidereza de colonias.
Sin embargo, a temprana hora, el pequeño, ve llegar a sus compañeros, ansioso por el buen día que iniciará, y con un pedazo de periódico lustra sus zapatos pues hoy es día de homenaje.
No se trata de un comercial conmovedor, sino es la gélida realidad que vive cotidianamente un menor de las colonias ubicadas en la periferia de cualquier lugar de Latinoamércia, donde la teoría del Estado de Derecho está muy lejos de lo que Pepe ya está aprendiendo en el quinto grado del colegio.
EDUCACION O SEGURIDAD. Ahora, ¿dónde quedan los derechos humanos del menor y su familia? O mejor aún, ¿qué es primero, la educación o su seguridad? Bueno, se puede decir que a pesar de todo, está gozando el derecho a ir a la escuela, más aún porque el gobierno municipal inició en su trienio un programa de subsidio de cuotas en la educación primaria.
Eso sí, de antemano el problema de cómo llegar a la escuela todos las mañanas y regresar a casa por las tardes, corre por cuenta de los padres. Sin olvidar la sombra obscura y misteriosa de que el encantador muchos lugares, se van convirtiendo en sitio de rapiña para los pederastas, y llevando lastimosamente el primer lugar a nivel nacional como el Estado donde aumentan los casos de abuso sexual infantil.
Pero, perdone mi terquedad, ¿qué es primero? ¿Arreglar e iluminar la calle o que el niño vaya a la escuela? Los derechos humanos no son un tema de moda, ni de capricho. Son derechos inalienables, y que tiene la obligación el Estado de garantizar su respeto, para ser coherente con nuestra Constitución.
Pero, aún quedan muchas dudas al respecto de por qué sí existen programas establecidos para mejorar la educación o la vivienda y no para una verdadera campaña que proteja el medio ambiente. Y es aquí donde entra el ámbito generacional de los derechos humanos que desgraciadamente es confundido con la prioridad de respeto de los mismos.
Las Tres Generaciones de los Derechos Humanos.
La clasificación tri-generacional de los derechos humanos, tiene su raíz en el desarrollo y reconocimiento que se ha hecho a través de la historia de la humanidad. Es decir, partiendo desde aquélla vez en que se reunieron en la Asamblea Nacional de la Revolución Francesa hasta nuestros días.
Así, encontramos que existen los derechos humanos de Primera, Segunda y Tercera Generaciones. Mismos que son reconocidos a nivel internacional y se encuentran establecidos en tratados y documentos internacionales tales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero que atravesaron por un orden cronológico de determinación y aceptación en los países del mundo, sin olvidar que algunos aún viven su transición en la aplicación de tales derechos fundamentales.
EDUCACION O SEGURIDAD. Entre los Derechos de la Primera Generación encontramos esencialmente a los derechos civiles y políticos como son igualdad, libertad física, religiosa, trato digno, igualdad jurídica, a votar y ser votado, libertad de asociación pacífica, equidad de género, derechos sexuales y reproductivos, libertad de expresión, la no discriminación, entre otros, y que tuvieron su inicio en la Revolución Francesa.
Posteriormente, en las luchas sociales se destapan los derechos de Segunda Generación o económicos, culturales y sociales como son los derechos laborales, a la educación, a una asistencia o seguridad social, al desarrollo físico y pleno de sus facultades, a la salud, que vienen a garantizar a los individuos el disfrute de un nivel de vida digno e igualdad de oportunidades para vivir mejor.
Finalmente, los Derechos de la Tercera Generación, que permiten el progreso y desarrollo de los pueblos en un ámbito internacional de respeto, como son a la autodeterminación, el respeto de la soberanía de los pueblos, la justicia internacional, derecho a un medio ambiente limpio y sano, a la paz mundial, y que son últimamente discutidos en cumbres internacionales para combatir la pobreza y corrupción de los pueblos, o la protección de los estados desfavorecidos económicamente contra las consecuencias de la globalización económica.
Reconocimiento simultáneo de los derechos generacionales.
Y del caso de Pepe, para que sus derechos marcados en la Convención de la Niñez, puedan ser respetados, resulta necesario reconocer que tanto el derecho a la educación, a la seguridad, y a una vida digna son primordiales para su sano desarrollo como infante y como persona, y no porque sean derechos clasificados en generaciones distintas, se resolverán de manera paulatina, ya que dicho Tratado Internacional se convierte románticamente en un poema inspirador y no en una verdadera guía o marco legal constitucional e internacional. Siendo este orden aplicable para mujeres y hombres en el respeto de todos y cada uno de sus derechos universales.