Recesión y Depresión: características. Nadie sabe a ciencia cierta lo que sucederá, es muy complicado determinarlo, pero para aclarar un poco el panorama, sería interesante conocer algunas diferencias entre lo que es una recesión y una depresión económica.
Recesión y depresión: características
Recesión y Depresión: características. Antes de hablar de cifras, podemos señalar lo más breve posible que la gran diferencia entre recesión y depresión radica en el tiempo de duración de la crisis. Básicamente una depresión es una recesión de larga duración, que provoca desde luego efectos devastadores para la economía o las economías que la padecen. Una recesión puede durar meses o incluso algunos analistas hablan de recesiones de hasta 2 o 3 años, pero con altibajos en los índices de crecimiento, es decir, que el PIB puede subir o bajar aunque generalmente se mantiene en zona negativa.
En cambio, con una depresión el tiempo es factor determinante ya que dura más allá de dos años y lo peor es que los índices de crecimiento bajan constantemente, de modo que, al graficar el desempeño del PIB de la economía afectada, la recta es cada vez más baja, lo que señalan claramente la depresión económica, generalmente no existen periodos certeros, pero es más o menos lo que la historia ha demostrado.
También es importante aclarar que la humanidad solamente ha vivido una Gran Depresión en su historia, la que iniciara en 1929 y durara casi una década, en el siglo pasado. Sin embargo, varias economías regionales y países sí han vivido depresiones. Por ejemplo, África en los años 80 y 90; una parte importante de Latinoamérica también en los años 80 del siglo pasado y ahora mismo Venezuela vive una profunda depresión con todo y ser el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
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¿Cuándo se está en recesión y cuándo en depresión?
No existen fórmulas ni cifras mundialmente aceptadas que señalen una recesión y/o una depresión económica, pero debido a la experiencia internacional, se habla de que una depresión económica se presenta cuando el PIB cae 10 por ciento o más, y claro que entre más se acerque el desempeño del PIB en un periodo recesivo a dicha tasa entonces el riesgo es mayor.
Por lo tanto si atendemos lo anterior, el mundo no entraría en depresión este año, al menos no por parte de Estados Unidos y por el tamaño del decrecimiento de su PIB, pero la situación en Europa y gran parte de las economías asiáticas es impredecible.
En la Gran Depresión de 1929 las cifras fueron terribles y mostraron con toda su crudeza lo devastador que es este fenómeno; de acuerdo con las cifras históricas de entidades como el Departamento del Trabajo de Estados Unidos, en ese periodo el comercio internacional descendió a una tasa media de 60 por ciento; el desempleo en Estados Unidos aumentó a 25 por ciento y en algunos países alcanzó el 35 por ciento, debido en gran parte que las ciudades del mundo que dependían de la industria pesada y la industria de la construcción se detuvieron prácticamente.
Recesión y Depresión: características. La agricultura y las zonas rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas. Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector primario, con pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.
Así, para 1932 en Estados Unidos el producto interno bruto (PIB) había disminuido 27 por ciento y la producción industrial 50 por ciento. La inversión ni siquiera alcanzaba para el mantenimiento de las instalaciones existentes. Bajo estas presiones, el sistema bancario acabó por derrumbarse. Como sabemos, fue sólo hasta 1940 cuando inició la recuperación, y eso porque Estados Unidos entró a la guerra.
Los países comenzaron a recuperarse progresivamente a mediados de la década de 1930, pero sus efectos negativos en muchas zonas duraron hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.6 La elección de Franklin D. Roosevelt como presidente y el establecimiento del New Deal en 1932, marcó el inicio del final de la Gran Depresión en los Estados Unidos. Sin embargo, en Alemania, la desaparición de la financiación exterior a principios de la década de 1930 y el aumento de las dificultades económicas, propiciaron la aparición del nacional-socialismoy la llegada de Adolf Hitler al poder.
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