Crisis, sí, ¿mundial?, está por verse. El mundo es otro. Las comparaciones con el 29 resultan por lo menos fáciles, pero no adecuadas. Las lecciones son varias. Lo básico: la población y el consumo. En el 29 la población y el consumo de Asia y África no pesaban. Hoy el mundo es inexplicable sin esos actores, sobre todo el asiático. Para 2050 el 60% de la población mundial estará en ese continente. En 1950 Europa tenía el doble de población que África. Para 2025 África tendrá tres veces la población de Europa. Lo que ocurre en esos dos continentes, Asia y África, es central para entender la crisis. En 1929 la India no era un actor económico importante. Hoy lo es. Ese mundo, el del 29, ya no existe.
Venimos de una etapa de crecimiento mundial sostenido a ritmos que rondan el 5% y ese crecimiento sólo es explicable con el papel de China e India. La pobreza en el mundo se ha reducido en Asia y también en África y América Latina. Los pronósticos del Banco Mundial para 2009 apuntan a un crecimiento de China de más del 9% e India casi el 7%.
Además están las llamadas economías emergentes que tampoco tenían peso en el 29; Brasil podría crecer el 3.5% y Rusia el 5.5% Vietnam más del 7%, o Corea que simplemente no contaba en el 29. El mundo es otro. The Economis” reporta sobre las naciones africanas que están haciendo bien su tarea y cuyo crecimiento no depende del sistema financiero hoy en crisis.
El África subsahariana trae un ritmo de crecimiento de más de una década que ronda el 6%, superior al del mundo. Los países más despegados de la agricultura como Botswana lo hicieron a ritmos muy superiores. Según el propio FMI países como Ghana, Kenya, Mozambique, Nigeria, Tanzania, Uganda, Zambia y por supuesto Botswana deberán ser considerados como economías emergentes. La inestabilidad política sigue rondando, pero África es hoy otro continente, un contrapeso mundial importante. De los países del área, 12 son considerados por The Freedom House como sin libertad. 15 califican como parcialmente libres, igual que México, y seis, entre ellos los más grandes, como Sudáfrica o Namibia como libres. Su banca no tiene apalancamiento importante con Estados Unidos o Europa. Su crecimiento no depende directamente de los vaivenes de Wall Street.
Las lecciones son varias. El sistema financiero de Occidente está brutalmente entrelazado. Increíble que una crisis en el sector inmobiliario de los Estados Unidos sacuda al mundo. La Reserva Federal fue un actor irresponsable, así tuviera al santón de Greenspan a la cabeza. El FMI es incapaz de aplicar en casa el recetario que vende en el exterior. La no regulación de inventos como los “derivados” es un ejemplo de los excesos de los mercados sin control. Las crisis globales necesitan respuestas globales y en este caso la Unión Europea se tardó en reaccionar. Gran Bretaña actuó con firmeza y a tiempo; la señora Merkel intervino de inmediato, pero el resto de los países actuaron sin coordinación. Los medios de información globales provocan reacciones en cadena de tipo especulativo que poco tienen que ver con el estado de las economías reales, por llamarlas de alguna manera. La velocidad de reacción se convierte en un nuevo reto al cual no se ha respondido a la altura.
México cosecha hoy lo que se sembró hace más de una década. Es imposible evitar el nombre de Ernesto Zedillo. El rescate al sistema de pagos, con toda la carga negativa, fue correcto. Lo vemos ahora en todo el mundo. El sistema financiero es mucho más sólido. La banca dejó de ser mexicana, pero la marcha económica es más segura. El papel del Banco de México ha sido central en la conducción económica. Quienes reclaman un papel interventor en el crecimiento deberían observar las contradicciones de la Reserva Federal: por un lado controlar los flujos monetarios, la inflación y, por el otro, incentivar el crecimiento. Algo no funcionó allá. Nuestro banco central tiene una misión definida y no debe caer en un conflicto de intereses: generar crecimiento y a la par, la regulación monetaria.
Nuestras reservas están en excelentes niveles en relación con nuestro intercambio comercial. Pero las reservas están en todo caso previstas precisamente para evitar un colapso especulativo que dañaría la economía de todos lo mexicanos. Hoy sabemos que nadie se puede encaprichar en defender al peso como perro. Las decisiones se toman en otro nivel. El gobierno de Calderón ha reaccionado de manera correcta. Impulsar una política anticíclica sólo es posible porque nuestro déficit está bajo control. Es posible porque gracias al fortalecimiento del sistema de pensiones con las Afores de Zedillo y las reformas al IMSS e Issste de Calderón nuestras finanzas son más sanas y nuestro ahorro interno se ha elevado substancialmente.
Las exportaciones a EE.UU. caerán. Pero también tendrán una reactivación por el tipo de cambio. Tenemos un pendiente de diversificación. No hemos explotado el tratado comercial con la Unión Europea y menos aún las relaciones comerciales con Asia. Pero el mercado interno seguirá creciendo, porque los salarios reales se han elevado. Las remesas caerán, seguirán siendo altas pero, al final del día, no son deseables, son una pena. Tendremos presiones laborales porque la válvula hacia Estados Unidos se cerrará. El petróleo caerá, ojalá que nos ayude a comprender la importancia de una reforma fiscal profunda que nos haga depender menos de él. Pero por primera ocasión en mucho tiempo podemos decir que estamos mejor parados, que las políticas de largo plazo rinden frutos. Hay tormenta pero el rumbo ha sido el correcto.