Tras la “recomendación” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de prepararse para una “potencial pandemia” por coronavirus COVID-19, el Aeropuerto Internacional de Cancún elevó su estatus de alerta sanitaria a Fase 3, según el Plan de Contingencia Sanitaria de la OMS, reportó el coordinador de Sanidad Internacional, Javier Suárez.
La Fase 3 aplica cuando ya el brote bajo vigilancia está presente en varios países y ya hay decesos fuera del foco de infección primaria. Las fases 4 y 5 es cuando el virus ya está en todo el mundo. Ya pasó la Fase 1, que es cuando una enfermedad enciende las alertas, pero es local, y la 2 es cuando crece en forma exponencial y ya hay muertos.
Luego de la reunión matutina del Comité de Seguridad Aeroportuaria del coso aéreo de Benito Juárez, decidieron pasar al siguiente nivel de seguridad, que también coordina la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI, por sus siglas en inglés), sobre todo porque el Aeropuerto Internacional de Cancún tiene frecuencia desde Italia, donde ya hay al menos seis muertos por el COVID-19.
Para declarar la pandemia hay varios requisitos, entre otros, que haya transmisión entre humanos, que se desarrolle en diferentes países, o que haya muertes en varias naciones.
El plazo para decretar cada fase puede variar significativamente, desde meses hasta décadas, además de que no todas las pandemias avanzan a la fase máxima, que es la sexta, y en algunas ocasiones incluso pueden revertirse si el virus se debilita espontáneamente.
Todos los casos preocupan porque el de Cancún tiene la mayor conexión internacional –es el segundo aeropuerto en importancia del país, pero el primero en vuelos internacionales–, por lo que se decidió pasar al siguiente nivel de seguridad.
El vuelo procedente de Milán es al único al que se abocarán porque “va a ser imposible monitorear todos los que llegan de Estados Unidos” por falta de personal, como se denunció en enero pasado.
En 2003 el aeropuerto de Cancún participó en un simulacro debido al SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome o Síndrome Respiratorio Agudo Grave), que causó 774 muertos.
Los termómetros de contacto y las termocámaras de detección que se instalaron en las salas de llegadas y salidas del coso aéreo en 2009 los proporcionó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) porque fue la que implementó el operativo.
Hasta ahora usar esos aparatos aquí sería ocioso; además, el control tendrá que ser en los pasajeros de salida, no en llegadas, que fue el problema con el AH1N1, cuando cuidábamos que no salieran enfermos, no que no entraran; incluso fueron dos o tres filtros, se aplicaron cuestionarios y se usaron los termómetros de contacto.
Sería un dilema si se presentara algún caso debido a que, primero, tendría que revisarse a cada uno de los viajeros –y hablamos de cientos–; segundo, podría contagiar a otras personas si por la cantidad de viajeros, en una desatención, no se desinfecta el termómetro de contacto.
Con información de la jornada maya