Qué cómodo caray! No interesa de dónde venga el dinero, es lo de menos, lo importante es cumplir una promesa de campaña. Habrá SEGURO DE DESEMPLEO solo que… pagado por los propios trabajadores quienes ya pueden irse olvidando de comprar una casa por medio del Infonavit. ¿Se trata de una maniobra financiera, disfrazada de programa social? Usted opine: para pagar ese famoso Seguro, en lugar de buscar fuentes de financiamiento alternas, pues facilito, el gobierno tomará recursos de las aportaciones para vivienda realizadas por los patrones a los trabajadores. Sí, ese 5% del salario que servía para tener un crédito y adquirir un patrimonio (única forma para millones de mexicanos de tener su casa propia), será dividido en dos: 3% para caso de emergencia debido a un despido y solo el resto, el 2% etiquetado para una ya muy remota vivienda.
¿Buenas noticias? Como todo en la vida, depende desde dónde se mire, desde los ojos del PRIVERDEPRD o de ciudadanos potencialmente afectados. Este esquema infame, estará muy lejos de ser un paliativo digno pues pagará solo un salario mínimo por el periodo de máximo seis meses a los trabajadores desocupados; la cobertura, además es muy limitada, sólo aplicará a quienes hayan cotizado 104 semanas en los tres años previos al despido; podrá ser solicitado mes y medio después de la pérdida del empleo y quien lo utilice recibirá el primer mes 60% del llamado salario base, el segundo mes, 50%, y los cuatro restantes 40 por ciento. El gobierno sólo aportará un complemento llamado fondo solidario, equivalente a 0.5% del salario del trabajador, sólo se usará si el resto del fondo se agota. La aportación gubernamental equivaldrá a pagar un salario mínimo mensual. Ahora sí que, con lo que ha subido la canasta básica, apenas si dará para un kilo de limones!
O sea, para el gobierno, se trata de un “gran logro de política social” que en realidad merma derechos de los trabajadores, o en palabras de nosotros comunes mortales, se trata de una gran simulación. Algunas cifras: sólo 16 millones de la población está inscrita al IMSS, cuando que somos 50 millones de mexicanos económicamente activos, y hay 30 millones en la informalidad. De acuerdo con datos del INEGI, hay 2.6 millones de desempleados en el país. Con estos números, que deberían avergonzar a la clase política, queda la pregunta, ¿no sería mejor que, en lugar de crear esquemas maquiavélicos, el gobierno ofrezca las condiciones adecuadas para que las empresas puedan ofrecer más y mejores empleos y no se esté pensando en cómo financiar el desempleo que el propio gobierno genera con políticas públicas inadecuadas? Se podría empezar con reformar una Reforma Fiscal que vino a desbalancear tanto el bolsillo de la población como de los emprendedores, generadores de empleo. Ahhh, pero eso sí, habrá SEGURO DE DESEMPLEO y se está cumpliendo una promesa de campaña, sí señor!!!
Lic. Yvette Hesse E.
Dir. Gral. Grupo Editorial Kankun