Todas las organizaciones tienen que transformarse, aun cuando sus modelos de negocio no estén basados en tecnología. El consumo será digital
Disrupción: rotura o interrupción brusca. Así define la Real Academia española este concepto que se ha puesto de moda en los últimos años. En el mundo de los negocios, la palabra ‘disrupción’ se refiere a la transformación de un producto, un servicio, o a un nuevo modelo de negocio, basándose en tecnología.
“Un negocio disruptivo es aquel que da valor a sus clientes de manera diferente a la de sus competidores, a través de tecnología, y que definitivamente está cambiando radicalmente el mercado, transformando el comportamiento y las preferencias de los clientes o consumidores, lo que hace que su industria se altere”, explica Doris Gomes, socia de Technology, Digital and Data Risk en la firma de servicios profesionales Deloitte México.
Casos bien conocidos son Uber, Amazon, Netflix y Airbnb, empresas que, con modelos de negocio nuevos, completamente digitales, han transformado sus industrias, obligando a sus competidores a cambiar… o morir.
Muchas de estas empresas que vinieron a “romper” en sus industrias nacieron como negocios digitales y no tuvieron que transformarse. Porque disrupción no es lo mismo que transformación digital –advierte la experta–.
“Las empresas disruptivas, como Uber, fueron concebidas como negocios digitales y tenían un propósito claro: transformar la industria, e incluso la sociedad. Su impacto fue intencional. Cambiaron la experiencia de compra de los consumidores o abrieron nuevas oportunidades para incluir a más gente en el sistema financiero, por ejemplo. Sin embargo, la transformación digital de una empresa puede limitarse únicamente a usar la tecnología para mejorar su eficiencia o la calidad, o habilitar canales, experiencias y operaciones digitales. Pero si la compañía empieza a innovar más, puede ser que, con sus nuevos productos y servicios, o su nuevo modelo de negocio digital, genere una disrupción en su industria”.
Con 30 años de experiencia en el mundo de las Tecnologías de Información,Doris está convencida de que todas las organizaciones tienen que transformarse, aun cuando sus modelos de negocio no estén basados en tecnología. Es lo que hizo Walmart ante un gran disruptor como Amazon.Aunque su negocio ya era maduro y exitoso, tuvo que definir una estrategia de transformación digital, dedicar un equipo a estas iniciativas, hacer alianzas y adquisiciones, entre otras para lograr el cambio.
“Todas las empresas están viendo la necesidad de cambiar, porque sus industrias han sido impactadas por un disruptor. Además, los mismos clientes están exigiendo esta evolución, sobre todo por las nuevas generaciones, que tienen expectativas y comportamientos completamente digitales y están esperando nuevas experiencias”.
Un proyecto de negocio
Los negocios que han avanzado más en esta evolución digital son de high tech, como Apple, Amazon, Netflix y Alibaba. Son las que están aprovechando la tecnología al máximo. Empresas de otras industrias apenas están planeando su transformación, analizando qué van a ofrecer a sus clientes y qué nuevas alianzas pueden establecer, porque de la noche a la mañana no pueden adquirir nuevas capacidades. Deben aliarse con otros o hacer un spinoff de alguna de sus unidades de negocio para competir mejor en determinados mercados. Es lo que están haciendo los bancos y aseguradoras: asociarse con startups, como las fintechs e insurtechs, para complementarse.
La mayoría de las empresas tradicionales están creando departamentos específicos para la transformación digital, con equipos multidisciplinarios encargados de desarrollar nuevas ideas y de investigar qué sucede en el mercado y en otras geografías. No hay que inventar el hilo negro, sino aprender de los casos exitosos, adecuarlos a nuestro mercado y aplicarlos.
Para quienes ya están pensando en subirse a esta ola, la experta recomienda ver la transformación digital como un proyecto de negocio, no de tecnología, y planear muy bien el proceso.
“Lo primero es definir la visión del negocio y después engranar todas las áreas de la organización, definiendo lo que tiene que hacer cada una para llegar al objetivo”.
La comunicación juega un papel muy importante. Toda la empresa debe saber por qué se está transformando y cómo lo hará. “Muchas
personas se resisten al cambio porque se sienten amenazadas; por eso, los directivos deben tener buen liderazgo en la transformación. Deben saber comunicar y dar a conocer los beneficios que la organización y los empleados van a obtener, y cuál debe ser la responsabilidad de cada área. Además, deben capacitar a la gente en las nuevas tecnologías y otorgar incentivos que motiven al personal. Me he dado cuenta de que las organizaciones más exitosas en esta evolución son las menos jerárquicas; las que dan mayor autonomía a los empleados, los empoderan y los capacitan para que exista una mayor colaboración y productividad”, explica la ejecutiva de Deloitte.
Deloitte puede ayudar a las empresas en su transformación digital. “Podemos solo habilitar el proceso o definir toda la estrategia, conforme el estado de la empresa en transformación digital. Para pasar a la innovación, primero se debe sistematizar y automatizar el core del negocio como el ERP, el Supply Chain Management, las herramientas de compliance y seguridad, entre otros. Porque una cosa es ser digital y otra es ir hacia un negocio digital (go digital). Cuando la base del negocio está sistematizada y automatizada, se puede innovar con nuevos modelos. Una estrategia de e-commerce, por ejemplo, puede fracasar si el back office no está preparado para el cambio. Nosotros podemos acompañar a las empresas en el diseño y planificación para que la transformación digital sea exitosa”, finaliza la ejecutiva.
Compañías digitales son 10 veces más exitosas
Las compañías que nacieron digitales, como Uber, Facebook y Amazon, forman parte de una nueva generación de empresas, llamadas “organizaciones exponenciales”, porque han revolucionado la forma de acelerar su crecimiento y desempeño, mediante el uso de la tecnología disruptiva, como big data e inteligencia artificial, e incluso con el uso de activos de otros y el poder de la comunidad.
Según los estudios, las organizaciones exponenciales (ExO) pueden alcanzar un desempeño 10 veces superior al de las empresas tradicionales de su industria. Además, estas empresas han alcanzado los 1,000 millones de dólares en valor de mercado en menos tiempo que las Fortune 500. En promedio, las Fortune 500 tardaron 20 años en llegar a esa cifra, mientras que algunas de las ExO lo han logrado en menos de un año.
Un ejemplo es el fabricante chino de dispositivos móviles Xiaomi, que empezó con 18 empleados y ahora tiene 18,000. La compañía fue fundada en 2010 y hoy ya ocupa el cuarto lugar en dispositivos móviles, tan solo detrás de Samsung, Apple y Huawei.
Con información de Alto Nivel.