La palabra, arma prodigiosa de las mujeres por su emancipación. Este año la jornada se dedicó a subrayar el esfuerzo cotidiano que realizan Celebran el Día de las Escritoras
“Señora, ¿qué podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina?”, reza un fragmento de la carta de Sor Juana Inés de la Cruz en su respuesta a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz, de 1691.
Con ésta y otra cita del referido texto, Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades de la UNAM, dio inicio a la celebración del Día de las Escritoras, organizada por la Biblioteca Nacional de México.
“¿Qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no”, leyó la académica.
Dijo que el esfuerzo cotidiano de las mujeres en la jornada es un buen ejercicio para definir la labor de lectoras y escritoras.
“El lenguaje y las palabras han sido un arma prodigiosa, maravillosa en la lucha de las mujeres a través de los tiempos por la emancipación, el empoderamiento, la autonomía; hoy celebramos no sólo a las escritoras clásicas, contemporáneas y a las que están aquí con nosotras, sino además la lucha que, por la vía de la palabra, ha dado a las mujeres el lugar que hoy tienen, pero que seguirá siendo un arma siempre, en todos los sentidos, para seguir conquistando espacios de autonomía, equidad e igualdad en nuestra sociedad”, destacó Valencia García.
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Participación horizontal
La palabra, arma prodigiosa de las mujeres por su emancipación. Al inaugurar el encuentro, transmitido vía Facebook, Pablo Gerardo Mora Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas comentó que este año la jornada fue dedicada al esfuerzo cotidiano de las mujeres y que, en palabras de Elvira Lindo, “bien se podría decir que la literatura escrita por mujeres está al menos espoleada por una conciencia esencial del esfuerzo, es clave autobiográfica o como representación de una colectividad destinada a un trabajo poco o nada reconocido.
“Este punto de partida se une a una preocupación, creo mundial, no solamente de México ni de España. Ahora más que nunca la UNAM está haciendo un esfuerzo por sistematizar y realmente ofrecer garantías que permitan la participación horizontal de todos los seres humanos”, apuntó.
En este sentido, Mora Pérez-Tejada agregó que la Universidad realiza un importante esfuerzo por la igualdad de género y ofrecer garantías que permitan la intervención de todos, con las mismas oportunidades.
“Para mí es un honor estar con ustedes, vivo con mujeres, tengo dos hijas, siento al oír sus preocupaciones que han sido ancestrales, pero ahora en esta sociedad que ha sido materialista, hay una serie de preocupaciones muy originales y necesarias, y de una deuda de muchos años que se tiene que ir reestableciendo poco a poco”, expresó.
Esta es la tercera ocasión en que la Biblioteca Nacional de México se suma a la conmemoración organizada desde 2016 por la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias, la Biblioteca Nacional de España y la Asociación Clásicas y Modernas, con el objetivo de incentivar la igualdad de género en la cultura y reivindicar la labor y legado de las escritoras a lo largo de la historia.
¿Qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no”
Sor Juana Inés de la Cruz
Fragmento de carta en su respuesta a Sor Filotea de la Cruz, de 1691
Mónica González Contró, abogada general de la UNAM, leyó Poema para el agua del desierto, de Guadalupe Morfín; Elsa Margarita Ramírez Leyva, directora de la Dirección General de Bibliotecas UNAM, leyó La lectora ciega, de Paqui Ayllón.
En tanto, Georgina Araceli Torres Vargas, titular del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, interpretó Algún día, hoy, de Ángela Becerra; mientras que Alexandra Saavedra Galindo, coordinadora de la Cátedra Carlos Fuentes, leyó un fragmento de Un libro de cuidado(s), de Alejandra Eme Vázquez.
Con información de Gaceta UNAM -Diana Saavedra