¿Va en serio la lucha contra la corrupción?

Andrés Manuel López Obrador  (AMLO) decidió emprender lo que parecería ser la primera gran batalla de su administración contra la corrupción, al anunciar una serie de medidas para acabar con el creciente problema de robo de combustible en Pemex.

Dicha intervención, a primera vista, parece un gran acierto, ya que la corrupción en PEMEX fue ignorada por gobiernos anteriores, por lo que la mera señal de voluntad para atacarlos y resolverlos puede rendirle frutos ante la opinión pública.  
En medio de la crisis de desabasto, cuando el País requería un experto en logística, AMLO se refrenda como un genio de la comunicación. Para combatir la corrupción y la impunidad, de nada sirve levantarse temprano, dar una conferencia de prensa y tomarse selfies en la sala de espera del aeropuerto. No tengo duda  de la gran  corrupción que marcó el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero en menos de un año AMLO corroboró la hipótesis pesimista,  de que “las cosas siempre se pueden poner peor.”
La detención en Mallorca de Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, así como la órden de captura de Emilio Lozoya, ex director de PEMEX, han suscitado toda suerte de especulaciones: ¿De veras ha comenzado la lucha contra la corrupción en el régimen de AMLO? ¿No había prometido el presidente amor y paz a todos los servidores públicos de los gobiernos anteriores? ¿Quiénes serán los próximos blancos?
Que AMLO no lo sepa: en 2017, la CFE ha perdido miles de  millones de pesos por conexiones clandestinas de electricidad. Si AMLO aplica su estrategia antihuachicol contra los diablitos, nos vamos a quedar sin luz. Matar al paciente no es el tratamiento más convencional para frenar la propagación de un tumor. No era necesario cerrar los ductos que mueven la economía nacional para combatir el robo de combustible. El problema del huachicol no son las tuberías sino la impunidad.
En mi opinión, la solución no es obstruir la distribución de combustible sino romper los vínculos entre la delincuencia organizada. Si no se combate la impunidad, cuando se vuelvan a abrir los ductos, volverá el huachicol. Cerrar las tuberías para combatir el crimen es como cancelar la construcción del que sería el nuevo  aeropuerto internacional de México.
En enero y septiembre del 2018, fueron asesinados funcionarios de seguridad de la planta de Salamanca de PEMEX y a la fecha no hay noticias de que se haya encontrado a los autores materiales e intelectuales de estos homicidios, lo cual reafirma dicha corrupción. 
Asi las cosas, las calificadoras extranjeras como Fitch Ratings, Moody’s, y Standard and Poor’s , han bajado la calificación a PEMEX y de paso   han aumentado el  RIESGO-PAIS para hacer frente a sus compromisos financieros,  a pesar que AMLO señala que tiene otros datos.  No falta ser un  experto en finanzas ni contar con dichas empresas calificadoras extranjeras, solo usted estimado lector, entre al siguiente enlace de la Bolsa Mexicana de Valores, para cerciorarse de los estados financieros de  PEMEX, al 31 de marzo del 2019, tiene un capital negativo de $1,469,530 millones de pesos  por pérdidas acumuladas de más de $1,900,000 millones de pesos,  lo cual la coloca a empresa en alto riesgo como e negocio en marcha.
https://www.bmv.com.mx/docs-pub/visor/visorXbrl.html?docins=../ifrsxbrl/ifrsxbrl_917169_2019-01_1.zip#/visorXbrl
Para Pemex: “Fitch Ratings bajó las calificación  en escala internacional; la Perspectiva de las calificación es Negativa. La baja en la calificación  aplica para sus emisiones de deuda en el mercado por un monto de alrededor de USD80 mil millones. Aunque PEMEX ha implementado algunas medidas de recorte de costos y el gobierno mexicano le ha otorgado reducciones en impuestos, la compañía continúa sin invertir lo suficiente en  exploración y producción, lo que puede llevar a una disminución en la producción y a sus reservas. El monto alto de transferencias de PEMEX al gobierno mexicano sigue presionando la generación de flujo de la compañía y su capacidad para reinvertir,  deteriorando  su perfil crediticio. 
Caso PEMEX, Odebrecht, la estafa maestra, la Casa blanca de la Gaviota, el sobreendeudamiento de los Gobiernos de Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, entro otros,  por los cuales se evidencia la IMPUNIDAD existente, o será ¿ que las cantidades recuperadas ya están en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado? Institución creada en el mes de mayo pasado,  que seguramente será candidata a una auditoría.
Esperamos las  investigaciones administrativas y penales que tengan como objetivo identificar y sancionar a las redes gigantescas de ordeña, almacenamiento, distribución y venta del tan famoso huachicol. Considero que  las soluciones de fondo para el robo de combustibles y otros actos de corrupción, es  por ejemplo: 1) Contar con una Fiscalía independiente que puede investigar la asociación entre empresas, políticos y delincuentes que revenden la gasolina robada; 2) Un mercado diverso con distintas empresas que produzcan gasolina, e inviertan recursos en infraestructura de distribución. Lo anterior  sería menos vulnerable al acoso del crimen organizado, pero es una salida ajena a las recetas ideológicas de la Cuarta Transformación.
Así entonces se  requiere dotar de AUTONOMIA a la Fiscalía General de la República, una  clara independencia de la fiscalía especializada en materia de delitos relacionados con hechos de corrupción e incorporar a entidades claves al Sistema Nacional Anticorrupción.  Tenemos claros ejemplos de otros países de américa latina que están procurando  combatir la corrupción como Guatemala que puso tras las rejas a su expresidente Otto Pérez Molina y la órden de arresto al expresidente de Perú Pedro Pablo Kuczynski.
Que opina usted, amigo lector: ¿ VA EN SERIO LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN?, esta será sin duda una consulta que AMLO, pondrá dentro de sus encuestas.