Como terapia, las constelaciones familiares llegan a un origen profundo, no se opone a ninguna otra, sino que las hace avanzar a pasos agigantados y para los psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas, orientadores, maestros y médicos, es un instrumento que pueden integrar a su quehacer, y aumentar así el alcance y eficacia de su intervención.
Durante los años ochenta, Bert Hellinger, psicoterapeuta alemán, logró conocer las leyes según las cuales miembros de una familia quedan trágicamente implicados. Observó que en Alemania un número inusual de suicidios inexplicables se producían en las familias de los antiguos nazis, y a través de un trabajo de investigación pudo ver que las nuevas generaciones pagaban deudas y cargaban con destinos de sus padres, abuelos y en algunos casos víctimas del holocausto.
Este trabajo sistémico lo llevó a familias comunes y corrientes y pudo ver que lo mismo pasaba con situaciones vividas dentro de cualquier núcleo familiar. Al nacer pertenecemos a un grupo llamado “familia”, con la cual tenemos lazos estrechos que nos unen. Estos lazos y el orden dentro de la misma son fuerzas existentes que nos exponen a un destino común, a un destino similar, es decir, muchas de las veces nos llevan a repetir exactamente lo mismo que nuestros padres, abuelos, tíos, o cualquier persona perteneciente o vinculada al clan.
Con sólo echar una mirada a nuestra familia podremos observar cuántas cosas se han repetido (pérdidas, enfermedades, adicciones, muertes, divorcios, abortos, suicidios, asesinatos, separaciones, depresiones, destinos parecidos, etc.) ocasionadas por lealtades invisibles, inconscientes, y que sólo haciéndolas conscientes se pueden liberar.
Podemos mencionar casos como: “Pérdida de la Pareja”. Varias generaciones en una misma familia de mujeres que se quedan solas, por viudez, separación o divorcio. En este caso vemos que para pertenecer a ese clan pierden a la pareja (y creen y dicen: “todos los hombres son iguales”, se van), cuando ellas desconocen la dinámica oculta que hay en sus vidas y provocan que esto suceda.
En la terapia de pareja se ha podido ver que el 70% de los conflictos de pareja tienen su origen en las lealtades invisibles de cada uno hacia su sistema familiar. Es una lucha sin fin. Hijos que pagan las deudas de los padres; si éstos dañaron injustamente a alguien, obtuvieron dinero “mal habido”, abusaron, explotaron, etc… nada de esto queda impune, se saldará tarde o temprano y son los más jóvenes, los más sensibles del sistema los que se sacrifican para compensarlo.
Hay ocasiones que alguno de los padres está en riesgo de morir, los hijos lo perciben y toman para ellos este destino, queriéndose ir en el lugar de ellos. Ello a través de alguna adicción, enfermedad, accidente, etc. La falta de arraigo de los habitantes en el estado de Quintana Roo se debe a que esta sociedad está conformada por personas que dejaron sus lugares de origen para vivir aquí. Esto hace a la persona más susceptible a depresiones, pérdida de sentido de vida, desintegración familiar, pérdida del patrimonio, ya que ella tiende a “mirar” constantemente hacia su origen y existe un anhelo de regresar.
En los trabajos de Constelaciones se ha podido ver que el emigrante contínuamente rompe y deja lo que tiene, así como lo hizo anteriormente. Y así podría seguir relatando hechos que suceden y que impactan a las personas. Nuestra necesidad de pertenencia es tan grande que estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio para asegurar el lugar en el clan y muchas veces se convierte en una fuente de sufrimiento que pasa de generación a generación sin poder ser liberado.
A través del trabajo de Constelaciones Familiares se pueden dejar los destinos de los otros, cortar las cadenas que atan y que obstaculizan la salud, el bienestar, el florecimiento personal en todas las áreas de la vida. ¿Para qué se hace un trabajo de Constelaciones Familiares? Para liberar el propio destino. Para dejarles a los hijos un destino mejor al que nosotros recibimos, y que ellos no tengan que “hacer” nada que no les corresponda. Ya que si los padres se responsabilizan de lo suyo, los hijos quedan libres.
¿Cómo se trabajan las Constelaciones Familiares?
Es un trabajo grupal donde se ponen de manifiesto las dinámicas inconscientes de los consultantes hacia el sufrimiento, enfocándose siempre a buscar una solución. Dentro del grupo, quedarán todos los secretos e intimidades protegidos por el respeto y el amor. Esta particular forma de hacer terapia en grupos es de simpleza asombrosa y ha demostrado su eficacia cambiando la forma de vida de las personas que acuden. Por eso es llamada la terapia del nuevo milenio, pues obedece a las necesidades por las que atraviesa el ser humano en estos momentos de la vida.
Como terapia llega a un origen profundo, no se opone a ninguna otra, sino que las hace avanzar a pasos agigantados y para los psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas, orientadores, maestros, médicos, etc., es un instrumento que pueden integrar a su quehacer, y aumentar así el alcance y eficacia de su intervención. Por su gran impacto, las Constelaciones familiares han ido más allá del ámbito terapéutico. Hoy día se llevan a cabo en empresas, obteniendo a través de ellas una imagen de diagnóstico y resolución de lo que está pasando en la organización.
Asimismo, se llevan a cabo en el área educativa, resolviendo en los niños y adolescentes conflictos escolares tales como: déficit de atención, falta de límites, bajo rendimiento escolar, conductas negativas, etc. En el sector salud, las Constelaciones familiares apoyan el manejo de las enfermedades (la parte física se le deja al médico y se trabaja con la parte emocional, espiritual).
Basta con que un miembro de una familia lleve a cabo una Constelación para que en toda la familia haya un cambio y se recobre la armonía. Después de asistir a un taller de constelaciones se puede apreciar una transformación profunda en la vida de la persona, al empezar a dirigir su vida hacia sus propias metas, beneficiándose de la riqueza, el apoyo y el amor de las generaciones anteriores.