Mujeres afganas ya no podrán asistir a la Universidad. Regresión infame.

mujeres afganas

Las mujeres afganas no podrán asistir a las universidades en Afganistán, según una orden publicada por el Gobierno de los talibanes, que ya prohibió hace un año la educación secundaria de las niñas. Sin embargo, los islamistas habían prometido en varias ocasiones que permitirían la educación de las jóvenes una vez que encontrara un modelo de enseñanza que se adecuara a la sharía o ley islámica.

La ONU no ha tardado en criticar lo que su portavoz calificó de incumplimiento.

Hace escasamente dos meses que miles de jóvenes de todo el país presentaron las pruebas para los ingresos a las universidades, lo que suponía para miles chicas una de las últimas oportunidades para acceder a la educación superior. Otros tantos sueños rotos, otros tantos futuros robados por los talibanes y su despiadada misoginia.

A lo largo de casi año y medio, las restricciones se sumaron unas a otras en un continuo retroceso de los derechos humanos para las mujeres, como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.

MUJERES AFGANAS

Mujeres afganas ya no podrán asistir a la Universidad. Regresión infame.

El gobierno talibán, que retomó el poder el año pasado, anunció la revocación del acceso a las instituciones de educación superior para las mujeres afganas.

Según una carta del ministro de Educación Superior, la medida entra en vigor de manera inmediata y se mantendrá hasta nuevo aviso.

Esto hará más difícil a las mujeres el acceso a la educación formal, pues ya estaban excluidas de la mayoría de las escuelas secundarias.

Hace tres meses, miles de niñas y mujeres se presentaron a los exámenes de ingreso a la universidad en todo Afganistán.

Pero se impusieron amplias restricciones a las materias que podían estudiar en carreras como ciencia veterinaria, ingeniería, economía y agricultura. El periodismo está severamente restringido.

En respuesta a la reciente prohibición universitaria, una estudiante le dijo a la BBC que pensaba que el gobierno tenía miedo de las mujeres y su poder.

“Destruyeron el único puente que podía conectarme con mi futuro”, lamentó.

“¿Cómo puedo reaccionar? Creía que podría estudiar y cambiar mi futuro o traer la luz a mi vida, pero la destruyeron“.

Estados Unidos y otros países occidentales han hecho de las mejoras en la educación femenina en Afganistán una condición para el reconocimiento formal del gobierno talibán.

El régimen talibán

Después de que los talibanes tomaron el poder el año pasado, las universidadescrearon aulas y entradas segregadas por género.

Las alumnas solo podían ser enseñadas por profesoras u hombres mayores. Esto responde a la interpretación de la ley islámica que hacen los talibanes.

Mujeres y hombres eran separados y una cortina dividía las aulas de algunas escuelas en Afganistán.

Desde que se instauró el nuevo gobierno, ha habido un éxodo de académicos tras la retirada de las fuerzas dirigidas por Estados Unidos el año pasado.

La economía del país ha dependido en gran medida de la ayuda exterior en las últimas décadas, pero las agencias de ayuda han retirado en parte, y en algunos casos totalmente, el apoyo al sector de la educación después de que los talibanes se negaran a permitir que las niñas asistieran a las escuelas secundarias.

Gran parte del personal docente que sigue laborando no ha recibido su salario durante meses. 

Es probable que las últimas medidas causen más preocupaciones en la comunidad internacional.

Ha habido numerosas protestas en Afganistán exigiendo el acceso a la educación.

El embajador adjunto de EE.UU. ante la ONU, Robert Wood, condenó la decisión: “Los talibanes no pueden esperar ser un miembro legítimo de la comunidad internacional hasta que respeten los derechos de todos los afganos”, dijo.

“Especialmente los derechos humanos y las libertades fundamentales de las mujeres y las niñas”.

En noviembre, las autoridades prohibieron el acceso de mujeres afganas a los parques de la capital, Kabul, alegando que allí no se cumplían las leyes islámicas.