WASHINGTON — El enfrentamiento presupuestal entre el presidente estadounidense Donald Trump y los demócratas del congreso llega a su tercera semana de cierre parcial de la administración y la Casa Blanca ha sugerido la idea de que Trump podría usar los poderes de emergencia para construir su muro en la frontera con México sin la aprobación de los legisladores.
Esa opción podría resolver la crisis inmediata al darle a Trump una manera de quedar bien y firmar proyectos de gasto que no incluyen el financiamiento de su muro. Sin embargo, sería una decisión extraordinariamente radical —como mínimo, una violación de las normas constitucionales— que seguramente pondría el destino del muro en manos de los tribunales. A continuación presentamos una guía para explicar cómo Trump puede usar los poderes de emergencia para seguir con el proyecto sin el permiso explícito del congreso.
El presidente tiene la autoridad para declarar una emergencia nacional, lo cual activa una ampliación de sus poderes ejecutivos al básicamente crear excepciones a las reglas que normalmente lo limitan. La idea es permitir que el gobierno responda rápidamente a una crisis.
Aunque los presidentes de Estados Unidos a veces han afirmado que la constitución les da poderes inherentes para tomar decisiones más allá de los límites legales ordinarios en casos excepcionales, estas afirmaciones no suelen ser fáciles de sostener cuando se debaten en los tribunales.
No obstante, los presidentes gozan de una base legal más firme cuando invocan estatutos en los que el congreso delegó poderes al poder ejecutivo que pueden aprovecharse en emergencias. En un estudio reciente, el Centro Brennan para la Justicia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York identificó 123 disposiciones de ley que les dan a los presidentes este tipo de poderes.
La Ley de Emergencias Nacionales, decretada durante la era de la reforma después del caso Watergate, regula la manera en que los presidentes pueden hacer uso de estos poderes. Requiere que declaren formalmente una emergencia nacional y le digan al congreso cuáles estatutos se están activando.
¿Puede usarlos Trump para construir un muro?
Quizá. El gobierno de Donald Trump podría señalar dos leyes y decir que permiten a los funcionarios proceder con la construcción del muro fronterizo sin obtener primero la autorización explícita y las apropiaciones del congreso, de acuerdo con Elizabeth Goitein, quien supervisó el estudio del Centro Brennan y es codirectora de su Programa de Libertad y Seguridad Nacional.
Una de las leyes permite que el secretario del ejército detenga los proyectos de obras civiles del ejército durante una situación que el presidente haya declarado una emergencia y que dirija sus soldados y otros recursos para ayudar a construir “obras civiles autorizadas, construcciones militares y proyectos de defensa civil que son esenciales para la defensa nacional”.
Otra ley permite que el secretario de Defensa, en una emergencia, emprenda proyectos militares de construcción “que de otra manera no están autorizados por la ley y que son necesarios para respaldar este uso de las fuerzas armadas”, usando fondos que el congreso había destinado a construcciones militares aún por definir.
En virtud de estos estatutos y otros similares que les dan a los presidentes la flexibilidad de redirigir fondos en una crisis, el gobierno de Donald Trump podría esgrimir argumentos serios para respaldar al presidente si invoca los poderes de emergencia para construir un muro, dijo William C. Banks, profesor de Derecho de la Universidad de Syracuse que ayudó a escribir un libro de 1994 acerca de las tensiones entre el poder ejecutivo y el poder legislativo respecto de la seguridad y el gasto: National Security Law and the Power of the Purse.
“El principio fundamental es que ningún presidente ni funcionario puede gastar fondos que no se destinaron a ese propósito”, comentó. “Pero creo que es posible que el presidente declare una emergencia nacional y después se apoye en la autoridad que el congreso ha otorgado históricamente a exigencias para liberar algunos fondos con el fin de respaldar la construcción de una barrera a lo largo de la frontera”.
¿Es clara la autoridad legal de Trump?
No. Si usa los poderes de emergencia para construir un muro fronterizo, es casi seguro que inicie una batalla en los tribunales. Aunque Goitein estuvo de acuerdo en que “puede presentarse un argumento legal válido” acerca de que esas leyes sobre los poderes de emergencia podrían permitir que Trump gaste fondos militares y los destine a un muro, también señaló contraargumentos que cualquier demanda tendría que abordar.
Señaló, por ejemplo, que bajo una de las leyes que Trump podría usar, las fuerzas militares quizá redirijan fondos para construir solo proyectos que el congreso ha autorizado aparte. Los legisladores no han aprobado un muro militar que abarque toda la frontera.
Aun así, el gobierno podría argumentar que el Congreso ha aprobado de manera efectiva una barrera parecida a un muro conforme otras leyes, entre ellas una que autoriza que las fuerzas militares construyan “cercas” fronterizas para bloquear rutas de narcotráfico, además de otra: la Ley del Cerco Seguro de 2006, la cual permite que el Departamento de Seguridad Nacional construya “mejoras de infraestructura” a lo largo de la frontera.
¿Es relevante que no haya una emergencia de verdad?
Probablemente no.
Si Trump declara que la situación a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos de pronto constituye una emergencia que justifique la construcción de un muro sin la sanción explícita del congreso, se enfrentará a una realidad: los hechos en el terreno no han cambiado drásticamente. El número de personas que cruzan la frontera ilegalmente es mucho más bajo en comparación con su punto más álgido de hace casi dos décadas. Las caravanas recientes de centroamericanos constan principalmente de migrantes que no están tratando de cruzar la frontera, sino que se están presentando ante funcionarios fronterizos y solicitando asilo.
Aunque Trump y sus asesores siguen afirmando que hay miles de terroristas que entran por la frontera, la realidad empírica es que eso no ha pasado en la era moderna.
Aun así, como parte del procedimiento legal, los hechos podrían ser irrelevantes. Antes de que un tribunal pueda decidir que Trump había declarado cínicamente una emergencia bajo afirmaciones falsas, el tribunal primero tendría que decidir que la ley permite que los jueces decidan en lugar del presidente en un asunto como este. El Departamento de Justicia seguramente argumentaría que los tribunales deben someterse a la decisión del presidente.
“Si cualquier tribunal realmente se toma el tiempo de analizar si esta es una emergencia nacional, Trump estaría en un gran aprieto”, dijo Goitein. “Creo que sería un abuso de poder declarar una emergencia cuando en realidad no es el caso. El problema es que el congreso ha permitido ese abuso de poder al no poner prácticamente ningún límite a la capacidad que tiene el presidente para declarar una emergencia”.
Por Charlie Savage con información de The New York Times en Español